El emprendimiento agroalimentario en Aragón. Una experiencia práctica
Pedro A. Pardo García
Unidad de Emprendimiento
Instituto Aragonés de Fomento
Fundación Emprender en Aragón
ppardo@iaf.es
La definición de sectores está inmersa en un cambio continuo y acelerado, si tradicionalmente los sectores venían definidos por el ámbito de actividad de las empresas que lo conformaban, en la actualidad se produce un proceso de hibridación entre ellos y esto se combina con la incorporación de tecnologías transversales.
Se establecen nuevas relaciones entre sectores, surgiendo lo que se denomina “hipersector”, resultante de la agregación de empresas de diferentes sectores que se basan en el uso de tecnologías comunes de tipo transversal, que establecen sinergias para el desarrollo de productos, comparten eslabones de la cadena de suministro y convergen en un mercado común.
En la clasificación de “hipersectores” proporcionada por la Fundación OPTI, Observatorio de Perspectiva Tecnológica Industrial, con foco específico hacia el mercado, propone uno de Agroalimentación en el que incluye calidad y seguridad alimentaria, la logística y distribución, alimentación y salud, nuevos productos, procesos industriales y sostenibilidad.
Esta perspectiva de la Agroalimentación en el siglo XXI emana de los efectos de la globalización y del desarrollo de las tecnologías, y enmarca las tendencias y propuestas a nivel global. Pero tenemos otra perspectiva que debemos considerar, la de la proximidad, la del territorio, la que tiene que ver con el empleo y el asentamiento de población.
Por lo que a la hora de realizar apuestas estratégicas, debemos escoger aquellas que por combinación de sus activos y capacidades, pueden permitir generar más valor dentro de un modelo de desarrollo de territorio, con el propósito de poder construir campos de liderazgo futuros, inicialmente a nivel local para su posterior crecimiento.
La importancia del sector agroalimentario en la economía aragonesa es ampliamente conocido y también sus fortalezas y carencias más importantes, entre las que cabe mencionar su baja participación en programas de I+D+i, una escasa generación de valor añadido y el pequeño tamaño y estructura de las empresas que lo integran, aunque en este punto conviene diferenciar dos tipos de industrias: las pequeñas de carácter familiar ubicadas en el medio rural con un destacado papel social, y las que poseen una estructura empresarial necesitada de capacidad competitiva.
En cualquier caso es necesario emprender acciones concretas para aumentar el número de pymes agroalimentarias aragonesas que incorporen la innovación en su estrategia y proceso a través de la participación activa en los programas de innovación; que contribuyan a mantener y crear empleo en el sector agroindustrial y a rejuvenecer la población en el medio rural.
Para avanzar en estos retos se diseñó el “Programa de Emprendimiento Agroalimentario de Aragón” considerando, además, que el 79% de las empresas agroalimentarias aragonesas son microempresas, es decir, emplean a menos de 10 trabajadores, por lo que un programa de estas características, enfocado a trabajar con proyectos nacientes y pequeños, ayudándoles en su puesta en marcha, podía convertirse en una herramienta adecuada para favorecer su supervivencia en los primeros años de vida y posterior crecimiento.
El Programa de Emprendimiento Agroalimentario, impulsado por el Instituto Aragonés de Fomento con la colaboración del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón, el Centro de Investigación y Tecnología Alimentaria, el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Aragón y el Parque Científico-Tecnológico Aula Dei, pretende ser un instrumento que favorezca nuevas iniciativas emprendedoras e innovadoras en el sector, y se plantea cuatro objetivos concretos:
- Apoyar técnicamente las iniciativas emprendedoras agroalimentarias que se inicien en Aragón.
- Conseguir mayores niveles de productividad, competitividad y orientación al mercado del sector agroalimentario.
- Promover la puesta en marcha de proyectos empresariales incentivando especialmente su carácter innovador y la incorporación de valor añadido a las fases de transformación y comercialización del producto.
- Favorecer la puesta en marcha de proyectos que generen mayor empleo cualificado en el sector agroalimentario aragonés.
Los emprendedores participantes reciben, durante un periodo de 4-6 meses, la información, formación y asesoramiento necesario para definir el proyecto de empresa y estructurarlo en un plan:
- Se reflexiona con los promotores sobre los elementos básicos, las características del entorno general y específico del proyecto.
- Se analizan y evalúan las características competitivas del proyecto, las estrategias potenciales y los diferentes planes de producción, comercialización, financiación, etc.
- Se presta asistencia para el desarrollo presupuestario y del cuadro de mando, así como la asistencia jurídica inicial para el proyecto.
- Se apoya y se acompaña al equipo promotor en la fase de implantación y salida al mercado de su empresa hasta conseguir los primeros objetivos del plan.
- Se presta asistencia en la tramitación de subvenciones y/o ayudas, así como en búsqueda de otras ayudas operativas y/o financieras (mentoring, bussines angel, capital riesgo, capital semilla).
- Y en el Programa tiene especial relevancia la cooperación y colaboración con los centros tecnológicos especializados en el ámbito agroalimentario aragonés (CITA y PCTAD).
Todo este proceso de acompañamiento, aunque trata de llevarse a cabo en el menor tiempo posible para no retrasar la llegada al mercado, se lleva a cabo de manera rigurosa y pormenorizada, dedicando gran cantidad de trabajo en cada una de las etapas, tanto por parte de los equipos promotores, como por el equipo técnico que participa (formadores, tutores, mentores, consultores, inversores, etc…).
Finalistas y expertos de la 2ª edición del Programa de Emprendimiento Agroalimentario
Esta metodología de desarrollo de proyectos agroalimentarios, aplicada ya en 5 ediciones del Programa, está resultando ampliamente satisfactoria, obviamente referida a proyectos de pequeña dimensión. Algunos interesantes datos de la experiencia vienen a corroborarlo. En cuanto al grado de finalización de los proyectos, cabe decir que el 73,13% de los que realizaron el programa acabaron presentándolo y defendiéndolo ante el Comité de Expertos. De los 49 proyectos que han sido presentados a este Comité de Expertos a lo largo de las 5 ediciones, 43 de ellos han obtenido la condición de proyectos finalistas, por tanto el 87,76%.
El proyecto insectopia de la 4ª edición, promotoras: Ana de Diego y Eva Gavín
Pero los resultados más interesantes tienen que ver con la incidencia directa en la puesta en marcha de nuevas empresas y su supervivencia. Un total 33 han sido las empresas creadas al finalizar las correspondientes ediciones, es decir, el 76,74% de los proyectos considerados finalistas por los expertos y podemos decir, que a la fecha de redacción de estas notas, 31 de ellas están en funcionamiento, por tanto el 93,94% de las empresas puestas en marcha en el Programa de Emprendimiento Agroalimentario continúan operativas.
Este dato cobra especial relevancia si tenemos en cuenta que en España y Europa, a los cinco años sobreviven aproximadamente el 50% de las empresas, y aunque en nuestro caso, solo 8 de las 31 empresas que siguen en activo han cumplido ya 5 años (las creadas en la primera edición del Programa), su tasa de supervivencia es prácticamente del 89%.
Fuente: Instituto Aragonés de Fomento – Gobierno de Aragón -2019