El sector hortícola en Aragón, una apuesta actual y de futuro / Pablo Bruna

oye-closed - 14 Dec, 2018

Pablo Bruna Lavilla
Cultivos Hortícolas
Centro de Transferencia Agroalimentaria (CTA) - Gobierno de Aragón

En Aragón, la horticultura representa el 13 % de la producción vegetal agraria, con un valor económico de 182 millones de euros, según los últimos datos definitivos publicados por el MAPA del año 2015. Teniendo en cuenta que tan solo cinco años antes representaba el 9 % y 131 millones de euros, se esta produciendo un despegue importante de este sector con crecimientos anuales de unos 10 millones de euros y de casi un punto porcentual sobre el total de la producción vegetal.

Esta situación se ha debido a la búsqueda de alternativas de cultivos con mayor rendimiento y productividad, independientemente de las subvenciones de la PAC, buscando una mayor rentabilidad de los factores productivos, tierra, agua, energía eléctrica y maquinaria, en definitiva, hacia una mayor profesionalización.

Cultivos como el brócoli o el guisante verde, que se están extendiendo por Aragón, fuera de sus tradicionales zonas, que además de ser mas rentables, consiguen introducirse perfectamente en la rotación de cultivos, proporcionando tanto una regeneración del suelo como un aporte de nitrógeno extra en el suelo, respectivamente. Ambos cultivos se han ido desarrollado a la par que la industria agroalimentaria en el Valle del Ebro, fundamentalmente en Navarra, aunque en Aragón también se han acometido importantes inversiones y se esta apostando por el abastecimiento de productos locales por parte de la agroindustria. Otros cultivos más tradicionales, de alta inversión tanto económica como de mano de obra, como el tomate, la patata, el pimiento, la coliflor y el calabacín también se mantienen gracias a la cercanía de estas industrias agroalimentarias.

Por otro lado, la horticultura para fresco ha experimentado una evolución rápida en los últimos años, desapareciendo prácticamente la totalidad de las cooperativas existentes en Aragón que sustentaban a las pequeñas explotaciones familiares dedicadas a la horticultura, transformándose estas en medianas empresas, aun familiares, que trabajan tanto a nivel de Mercas como con cadenas de distribución, aumentando tanto su tecnificación como superficie. Cultivos tan tradicionales como la acelga o la borraja, u otros, como el tomate rosa o la cebolla dulce, están experimentando grandes aumentos de producción y de valor económico, siendo Aragón y sus empresas referencia nacional de estos productos. Destacaría estos dos últimos productos en particular puesto que el Centro de Transferencia Agroalimentaria ha trabajado e impulsado su cultivo desde sus inicios, desde las primeras fases para la creación de la DOP Cebolla Fuentes de Ebro, y desde que el Tomate Rosa de Barbastro era una variedad completamente desconocida fuera de la zona, con un valor comercial nulo, siendo el primer tomate tradicional que inundó todas las cadenas de distribución a nivel nacional. Un éxito que ha traspasado el ámbito de Aragón y ha triunfado por toda España siendo el tomate autóctono más producido en España y que incluso se exporta al extranjero a pesar de su carácter altamente perecedero. Un hito equiparable a la obtención de la variedad de borraja Movera, realizado por el CTA en los años 90, a nivel de la horticultura aragonesa.

En la horticultura aragonesa cabe destacar también el aumento de las superficies en invernadero, pasando en una década desde las poco mas de 50 ha a las 164 ha del año 2014, tal como describimos en las Informaciones Técnicas nº 262 y nº 265, publicadas en el año 2016 y 2017, en las que se realizó un estudio actualizado y detallado de este sector. Esta horticultura protegida se dedica fundamentalmente al cultivo de borraja, principalmente durante los meses de invierno, intercalándose cultivos de verano, mayoritariamente de tomate rosa.

La horticultura en Aragón es una apuesta actual, suponiendo cada vez más un sector estratégico y fundamental, no solo por su crecimiento actual en superficie y valor económico, sino por su gran inversión, su gran demanda de mano de obra que fija población, su importante transformación industrial cercana, su alta tecnificación y profesionalización, su escasa o nula subvención pública, y su producción y consumo directo y local.

La horticultura en Aragón debería ser una apuesta de futuro y desde las Administraciones Públicas se debería fomentar e impulsar este sector, que prácticamente sobrevive y crece solo, tal como se hace en las Comunidades Autónomas vecinas del Valle del Ebro de similares características a la nuestra, Navarra y La Rioja, en las que la horticultura representa un 38% y un 33% respectivamente sobre la producción vegetal, apoyando, asesorando y resolviendo los problemas que demanda y afectan al sector.

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