Introducción del cultivo del cerezo en las estribaciones del Moncayo / Javier Rodrigo
Javier Rodrigo
Unidad de Hortofruticultura.
Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA)
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
En los últimos años se está produciendo una importante renovación varietal en el cultivo del cerezo, con la introducción de nuevas variedades obtenidas en programas de mejora de distintos países. Entre los objetivos de estos programas, destaca la ampliación del periodo de recolección. En la actualidad, en nuestras condiciones se pueden encontrar en el mercado cerezas nacionales desde mediados de abril en las zonas de cultivo más tempranas hasta finales de julio en las zonas más tardías.
En las estribaciones del Moncayo, en la Comarca de Tarazona y el Moncayo, se encuentra un territorio con gran potencial para el cultivo de variedades de maduración tardía. Se trata de un territorio en el límite con el Parque Natural del Moncayo que comprende una importante extensión de terreno agrícola que en la actualidad se dedica al cultivo del cereal o pastos, en los términos municipales de Vera de Moncayo, Alcalá de Moncayo, Añón de Moncayo, Litago, Grisel, Lituénigo y Trasmoz. La implantación de nuevas plantaciones de cerezo permitiría aumentar la rentabilidad de las explotaciones y ayudar a revitalizar la zona, tanto en la creación de empleo y fijación de población, como en el posible reclamo turístico por la espectacularidad de los cerezos en la época de floración y maduración. Sin embargo, el potencial de la zona para la introducción del cerezo y el interés de la Comarca, ayuntamientos, propietarios y agricultores contrasta con la poca información que existe sobre el cultivo comercial del cerezo en altitudes superiores a los 600 m y la falta de tradición de su cultivo en la zona.
El acceso a un grupo de nuevas variedades de maduración tardía abre la posibilidad de introducir su cultivo en nuevas zonas de montaña, lo que permitiría recolectar cerezas hasta finales de julio o la primera quincena de agosto. Esto tendría una clara repercusión socio económica en la zona y a nivel nacional, ya que permitiría por un lado la introducción del cultivo en zonas deprimidas en las que no existe tradición de cultivo de frutales, y por otro ampliar el periodo de presencia de cerezas en el mercado.
Para estudiar la posibilidad de introducir el cultivo del cerezo en las estribaciones del Moncayo, en 2016, en el marco del Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Aragón 2014-2020, sepuso en marchael Grupo de Cooperación PDR “Introducción del cultivo del cerezo en las estribaciones del Moncayo” (septiembre de 2016 – junio de 2018). Todos los socios participantes cuentan con experiencia en el cultivo del cerezo o conocimientos de la zona, integrando todos los agentes del sector, desde un centro de investigación (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA-IA2), coordinador), un centro tecnológico de experimentación y transferencia (Centro de Transferencia Agroalimentaria (CTA), Departamento Desarrollo Rural, Gobierno de Aragón), pasando por dos empresas (Bancal, Frutos y Verduras de Altura), ocho agricultores o propietarios de la zona, tres ayuntamientos (Tarazona, Vera de Moncayo y Añón) y la Comarca de Tarazona y el Moncayo.
El grupo de Cooperación se estableció con los siguientes objetivos: 1) Análisis de la estructura varietal de variedades y patrones para la selección de los más interesantes; 2) Establecimiento de dos colecciones de experimentación con el material seleccionado; 3) Estudio de las necesidades de polinización de las variedades, para determinar, en su caso, los polinizadores adecuados; y 4) Establecimiento de dos plantaciones comerciales
Durante el desarrollo del proyecto se han seleccionado 20 variedades de maduración tardía potencialmente interesantes para su cultivo en la zona, incluyendo variedades conocidas como Lapins, Silvia, Skeena, Somerset, Sonata y Sweetheart junto a nuevas variedades procedentes de distintos programas de mejora de Canadá, Estados Unidos, Francia, Hungría e Italia. Con estas variedades se establecieron en 2017 dos colecciones en Vera de Moncayo y Añón de Moncayo, a unos 600 y 900 m de altitud, respectivamente. Las variedades se injertaron en dos patrones, Santa Lucía y Adara, para estudiar también qué patrón se adapta mejor a las condiciones de la zona. Recientemente se han establecido dos plantaciones comerciales en Grisel, de unas 5 ha, para estudiar el comportamiento agronómico y su adaptación a la zona en condiciones reales de cultivo. Para estas plantaciones se han elegido Lapins y Skeena, variedades de maduración tardía y autocompatibles, por lo que no necesitan ser polinizadas por otras variedades.
Los datos de las épocas de floración y maduración de cada variedad en cada una de las colecciones, junto con el comportamiento productivo y agronómico en general permitirá determinar las variedades y el patrón más adecuado para su cultivo en la zona. Esta información también será útil para otras zonas de montaña de características parecidas.