Malas hierbas en cereales de invierno

oye-closed - 26 Jan, 2018

Joaquín Aibar
 Departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural
Escuela Politécnica Superior de Huesca

Los cereales de invierno ocupan la mayor parte de la superficie cultivada, en secano, en nuestro país. La escasez de cultivos alternativos, la enorme dependencia de las precipitaciones, y la tradición de su cultivo propicia que en una gran parte de la España seca y semiárida se practique mayoritariamente el monocultivo de cereal de invierno, que incluye trigo blando, cebada de dos y de seis carreras, avena, centeno y triticale. La alternancia de estas especies no supone un cambio real en la rotación de cultivos.

Si, además, las técnicas de cultivo que se practican son siempre las mismas, mismo tipo de laboreo,  o también ausencia del mismo, empleo de variedades similares en longitud de ciclo, idénticos herbicidas para controlar las malas hierbas, las posibilidades de que la naturaleza, que siempre potencia lo diverso, lo diferente, reaccione y nos cause problemas son mucho mayores.

En el caso concreto de la sanidad vegetal y del empleo de productos fitosanitarios la problemática también se va acrecentando día a día ya que por diferentes causas cada vez hay menos productos autorizados. Por ello uno de estos problemas crecientes es la aparición de ecotipos de malas hierbas de determinadas especies en las  que, debido al uso continuado de materias activas con el mismo mecanismo de acción,  se han ido seleccionando individuos resistentes al factor de presión de selección que se ha ido utilizando, un mismo mecanismo de acción por parte de los herbicidas empleados.

Para intentar paliar este problema en España todas las partes implicadas: empresas, técnicos, asesores, constituyeron un grupo de trabajo denominado Comité para la Prevención de Resistencias a Herbicidas (CPRH) a través de la Sociedad Española de Malherbología, que se reúne habitualmente para tratar la diferentes problemáticas que van surgiendo y realiza una importante labor divulgativa encaminada a fomentar prácticas agrícolas que minimicen la aparición de nuevas plantas resistentes a herbicidas y resuelvan los problemas en las zonas en las que esos ecotipos ya están establecidos.

Este Comité tiene sus correspondiente a nivel europeo, el  Herbicide Action Resistance Committee Europe (E-HRAC) del que forman parte los siguientes países Benelux, Francia, Alemania, Italia, Paises Nórdicos y Bálticos, España y Reino Unido y a nivel mundial , el Global  Herbicide Action Resistance Committee, que mantiene, en tiempo real, una página WEB (http://www.weedscience.org), en ella se muestran a través de unos gráficos la evolución de este problema a nivel mundial, por países, por cultivos, por especies de malas hierbas y por grupos de materias activas herbicidas. En ella se puede informar sobre cualquier novedad en este sentido, y proporciona una información básica para poder reaccionar lo antes posible frente a un nuevo problema. Además en esa página se proporciona la información, básica para cualquier asesor, para mitigar la aparición de resistencia a herbicidas, que no es otra cosa que una clasificación de los herbicidas en función de su mecanismo de acción  con la premisa de recomendar cierta alternancia en el uso de materias activas con diferentes mecanismos de acción.

 A fecha de hoy están reportados en España.  a nivel de todos los cultivos, 36 ecotipos de distintas especies resistentes a diferentes grupos de herbicidas, siendo problemáticas en cereales de inverno las resistencias de Vallico, Luello ( Lolium rigidum), amapola, ababol (Papaver roheas)  o cola de rata (Alopecurus myosuroides) que llegan a ser múltiples (a diferentes grupos de herbicidas).

Un caso aparte en esta problemática, con la que a veces se confunde,  es la aparición de problemas de malas hierbas debido a la repetición de un sistema de laboreo. En este caso no es problema de resistencias sino un problema de adaptación de unas especies a un sistema de cultivo. Es el caso de especies anuales como el bromo (Bromus ssp. o de la vulpia (Vulpia myuros y V. unilaterales), o especies bianuales  como Chondrilla, especies apenas problemáticas hasta que la disminución de las labores efectuadas sobre las fincas de cereal de invierno se ha generalizado. En este caso la adaptación de las especies que hasta ahora han estado en los bordes, ribazos, cunetas,  han visto en las parcelas cultivadas su mismo “nicho ecológico” en un terreno apenas removido, por lo que han invadido el cultivo ya que les hemos proporcionado lo que necesitaban, un suelo sin remover, y por ello, las semillas de las especies anuales (bromo, vulpia) permanecen en superficie, que es lo que prefieren, y en el caso de las especies bianuales o perennes, al no mover apenas el suelo encuentran también un hábitat adecuado para su proliferación.

 

En los casos en los que ha aparecido alguno de los problemas citados las soluciones pueden ser variadas, pero pasan por ser creativos, y NO REPETIR actuaciones sobre los cultivos, alternar cultivos, (intercalar leguminosas grano, colza, si es necesario hacer un año de barbecho), alternar formas de laboreo (al menos en una franja de seguridad entre los bordes de las fincas y el cultivo para evitar la entrada de especies que prefieren el suelo sin remover), usar medios mecánicos para la eliminación de malas hierbas, como las rastras de varillas flexibles,  usar herbicidas si es necesario pero alternando las materias activas según su modo de acción, en definitiva realizando los principios básicos de una Producción Integrada.

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