Modernización del riego tradicional con telecontrol de la red de distribución / Miguel Tejero
Miguel Tejero Juste
Riegosalz
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Las áreas de regadío de España están en constante mejora de sus infraestructuras y de su forma de gestionar el agua, aunque la velocidad de este cambio es muy diferente entre unas zonas y otras.
Las más activas en la actualidad son las grandes zonas regables impulsadas a lo largo del siglo XX en las que, en pocas décadas, se han desarrollado cambios muy importantes que han transformado totalmente el paisaje, el perfil del regante y la forma de utilizar el agua. El cambio más importante ha sido el llamado “Modernización de regadíos”, asociado normalmente a un cambio de sistema de riego para pasar de riego por gravedad a riego presurizado. Dentro de ese cambio, realmente, hay más cosas; no sólo se trata de cambiar el sistema de aplicación del agua en la parcela sino que también se produce un cambio en la distribución, gestión y aprovechamiento del recurso. Y un objetivo fundamental, que la sociedad no suele valorar, que es mejorar la viabilidad de las explotaciones agrarias situadas en esas zonas regables.
Por otro lado, existen algunas zonas de regadío en las que en apariencia ese cambio no se produce y, por sus usos y costumbres, se quedan ancladas en el pasado sin evolucionar hacia otros escenarios de uso del agua. Son la Huertas Tradicionales; ubicadas desde hace siglos en las terrazas fluviales de los ríos principales, en las tierras más fértiles y con mayor disponibilidad de agua y que, sin embargo, languidecen hacia un abandono total de la actividad agraria sobre ellas.
Sin embargo, hay algunas experiencias que dan una perspectiva de optimismo para que estas zonas de regadío tradicional puedan subirse al tren de la modernización sin perder su esencia y alcanzando niveles de eficiencia envidiables.
Uno de esos ejemplos es la Comunidad de Regantes de la Huerta de Pina (Zaragoza), situada a 40 km al Sureste de la capital, en la comarca de la Ribera Baja del Ebro. Esta comunidad capta en su toma el agua concedida para el riego de 1.530 ha a las que llega mediante una red de distribución por gravedad (sin consumo energético) que se ramifica desde el canal principal hasta las parcelas.
Tradicionalmente, el reparto de esa agua se realizaba de forma manual; mediante la modificación de la apertura de las compuertas principales, y tajaderas dispuestas a lo largo de la red. Ésta era una operación que demandaba mucha mano de obra y en la que cualquier cambio o adaptación suponía un esfuerzo importantísimo de coordinación entre regantes y personal de gestión. Esta falta de elasticidad provocaba un mal uso del agua, una enorme demanda de mano de obra y, por si fuera poco, un estrés hídrico muy importante en los cultivos con turnos de riego inasumibles para los productos de mayor valor.
Sin embrago desde el año 2007, esa situación cambió, ya que la Comunidad de Regantes de la Huerta de Pina finalizó su proceso de “Modernización de regadíos” pero con el valor excepcional de que no se cambió el sistema de riego. Su proceso incluyó una concentración parcelaria, rediseño de la red de distribución y de drenaje y una automatización de los elementos de control de la red principal pero la aplicación del agua en la parcela continuó siendo a manta.
De esta forma, los regantes pasaron a planificar sus riegos prácticamente a la demanda y el personal técnico programaba la actuación de sus compuertas de forma remota. Esto mejoró notablemente las condiciones de trabajo y del uso del agua pero todavía quedaba un asunto pendiente. Los regantes debían acudir a la parcela antes y después de cada riego para mover sus tajaderas y dejarlas en las condiciones requeridas. Por lo tanto era un proceso que todavía involucraba mano de obra, requería que el regante estuviera en el momento preciso en el campo (a la hora que sea), y que si esa vigilancia se descuidaba, se pudieran producir pérdidas operacionales de entre un 8 y un 15%.
Para resolver esta situación se puso en marcha en el año 2016 el PROYECTO PILOTO DE AUTOMATIZACIÓN Y TELECONTROL DE RAMALES TERCIARIOS EN REDES DE DISTRIBUCIÓN DE AGUA DE RIEGO A LÁMINA LIBRE, del grupo de cooperación “Modernización del regadío tradicional”, formado por la Comunidad de Regantes de la Huerta de Pina, Riegosalz, el CITA y la Estación Experimental de Aula Dei.
El objetivo de este proyecto era diseñar y evaluar una tecnología que permitiera actuar sobre las tajaderas de parcela de forma automática y mediante el telecontrol. Se conseguiría así un escenario homólogo al que sucede en las zonas de riego presurizado de última generación, en las que la Comunidad de Regantes controla la apertura y consumo de los hidrantes y hasta los sectores de riego en parcela.
El resultado del proyecto han sido dos prototipos viables de motorización de tajaderas existentes con alimentación solar y sistemas de comunicación GSM/GPRS y Radio Lora. Los equipos mantienen conexión a tiempo real con el Puesto Central de Control desde el cual se producen las órdenes y se gestiona el estado de la instalación. Los elementos diseñados permiten que el usuario maneje las compuertas de forma que la labor del riego se puede realizar a distancia y encadenada, sin pérdidas operacionales. Estos prototipos se van a reproducir en el resto de la Comunidad hasta lograr la automatización completa de su red de riego en los próximos años.