Naturaleza y uso de los Productos Bioestimulantes. / Ignacio Sánchez
Ignacio Sánchez
Arvensis Agro S.A.
isanchez@arvensis.com
Desde Arvensis queremos contribuir a explicar la naturaleza y uso de los Productos Bioestimulantes. Se necesitan más esfuerzos en este sentido dado el desconocimiento actual sobre Bioestimulantes y la evolución comercial a mayor velocidad que el marco normativo.
Rogamos al lector que nos conceda unos párrafos para contextualizar la oportunidad y necesidad de los Bioestimulantes. Queremos reflexionar sobre las limitaciones de una fertilización química basada principalmente en los elementos principales nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Es preocupante que esta ponderación cuantitativa haya conformado mayormente nuestra herencia sobre la racionalización conceptual de la fertilización.
Los grandes logros experimentados en la llamada primera revolución verde se concibieron en condiciones muy concretas. Sin embargo, el modelo se ha exportado fulminantemente a todo el mundo, a cualquier cultivo y condición agro-ambiental. La revolución verde se gestó en torno a la valiosa selección mejicana de trigos resistentes a enfermedades, con altos umbrales de rendimiento y con genes enanizantes que, en un contexto de suelos empobrecidos y de transformación a regadío, permitieron intensificar sobresalientemente la fertilización mineral basada en N-P-K evitando los problemas de encamado asociados. Aquel escenario fue el de unos pocos cultivos principales (trigo, maíz y arroz) orientados a alimentar masivamente a un elevado porcentaje de población hambrienta basada en métodos productivos básicos y rudimentarios. Sería tremendamente injusto restar mérito a una iniciativa tan exitosa, fundamental y oportunacomo la capitaneada por el premio nobel Norman Borlaug. No obstante, debemos ser conscientes de que el contexto en el que se desarrolló la revolución verde es muy distinto al actual de muchas realidades agro-económicas. Aquellos trigos de alto potencial productivo reaccionaron excelentemente bien a la fertilización mineral N-P-K en aquellos suelos empobrecidos de Méjico. Aquel escenario de “desatención” agronómica estaba libre de muchos de los problemas actuales como: salinización y bloqueos por pH tras años de aportacionesde grandes cantidades de sales minerales en un escaso volumen de suelo regado (riego localizado), empobrecimiento de vida microbiana por el uso y abuso de los plaguicidas, etc.
La intensificación de la agricultura, la aportación de gran cantidad de sales nitrogenadas, fosfóricas y potásicas, la eliminación de “impurezas” en los abonos, el abandono de las estercoladuras, etc. propició un escenario de desbalances entre elementos, cambios de pH, carencias de elementos secundarios y micronutrientes al que quiso hacer frente una oleada de correctores de carencias de uso principalmente foliar. La comprensión de las carencias en base a antagonismos, bloqueos y problemas de pH, más que a una ausencia del elemento, impulsó la aparición de productos quelatados y complejados. A pesar de llevar en el mercado varias décadas, son productos cuyo uso e importancia no son aun suficientemente compartidos. Gran parte de la desatención que han sufrido los micronutrientes ha sido por una comprensión cuantitativa de la fertilización: los elementos principales y secundarios se cuantifican en tantos por ciento (respecto al peso seco del cultivo) mientras que los microelementos se cifra en partes por millón. En el caso del Silicio, pese a que su contenido en cultivos como el arroz o el maíz es mayor que el contenido en P o K, no esa un reconocido como esencial al no haber podido esclarecerse su funcionamiento metabólico.
La historia de la fertilización se ha escrito sobre una trayectoria de ineficiencia. Hemos asumido naturalmente las curvas de respuesta no proporcional de los abonos N-P-K con laúnica premisa de que el aumento de rendimiento fuera capaz de rentabilizar el aumento en la carga fertilizante. Este análisis implica, por un lado, renunciar a rendimientos superiores si solo confiamos en los abonos tradicionales y, por otra parte, seguir aumentando gravemente la carga de sales de suelo para alcanzar rendimientos aceptables.
Es aquí donde en la opinión de Arvensis radican las principales carencias de la conceptualización de la fertilización y la gran oportunidad que ofrecen los Bioestimulantes: la fertilización de cultivos ha prestado especial atención a los tres elementos principales N-P-K por ser los componentes presentes en mayor proporción en los cultivos. No obstante, esto no es cierto, o lo es solo en base a la porción de cenizas. A groso modo, el 80% de una planta es agua. De la porción seca, solo un 5% lo constituyen elementos minerales mientras que el 95% lo forman carbono, hidrógeno y oxígeno. ¿Qué argumentos nos han llevado con tanta facilidad a obviar los principales ingredientes de la vida vegetal? ¿el funcionamiento de un organismo vivo se reduce a sus cenizas? ¿somos conscientes de por qué y para qué necesitan el agua los cultivos? ¿quién piensa en la fotosíntesis cuando fertiliza pese a ser el principal proceso en la formación de tejidos y energía? El N es el componente mayoritario del aire, entonces ¿por qué necesitamos aportarlo en tanta cantidad y tan frecuentemente? ¿porqué nos mostramos reacios a productos orientados según estas preguntas -como los Bioestimulantes- mientras seguimos invirtiendo en abonos y fitosanitarios para los que no obtenemos respuestas proporcionales?
¿Qué son los Bioestimulantes? La definición del Dr. Patrick Du Jardin es quizá la más extendida: un Bioestimulante es cualquier sustancia o microorganismo que, al aplicarse a las plantas, es capaz de mejorar la eficacia en la absorción y asimilación de nutrientes, la tolerancia al estrés biótico o abiótico o mejorar alguna de sus características agronómicas, independientemente del contenido en nutrientes de la sustancia. Dentro de esta familia podemos encontrar a los ácidos húmicos y fúlvicos, los aminoácidos y mezclas de péptidos, los extractos de algas y plantas, microorganismos beneficiosos, el quitosano y otros biopolímeros, compuestos inorgánicos como el silicio, el cobalto, el níquel, el aluminio, etc. Efectos Bioestimulantes en base a diferentes sustancias aparecen continuamente a la vez que se descubren nuevos usos y aplicaciones para sustancias utilizadas desde hace tiempo. Debemos fraguar una nueva mentalidad y normativa si agricultores y consumidores queremos contar con la ayuda de bacterias que fijen N, solubilicen P, liberen K o sean antagonistas de patógenos, con la potencia de sustancias peptídicas que descontaminen los jugos celulares de componentes ROS (reactive oxygen species) acumulados durante períodos de estrés, con los beneficios de ácidos orgánicos que favorezcan la pre-asimilación de nutrientes en el continuum suelo-agua-raíz, la versatilidad de complejantes orgánicos que se unan a moléculas para protegerlas de la degradación UV y térmica o de la oxidación, etc.
Arvensis da la bienvenida a una etapa de grandes cambios en cuanto al desarrollo, comercialización y legislación de insumos agrícolas. La fertilización vegetal no puede ser meramente el aporte cuantitativo de minerales macro y/o micronutrientes a los cultivos. El planteamiento de la fertilización debe traspasar las barreras físicas de la planta basadas en el análisis del contenido mineral de sus tejidos. Los principios de fertilización deben comprender y atender los mecanismos biológicos de la vida vegetal y su interacción con el medio edáfico y aéreo que la rodea, prestando igualmente atención a los factores abióticos y bióticos. Nos acercamos a una época en la que la tradicional separación entre abonos y fitosanitarios es cada vez más diluida. Se aproximan fechas (2019?) en las que el marco legislativo europeo, impulsado por evidencias científicas y la realidad comercial, dará paso a nuevas categorías de productos Bioestimulantes cuyo etiquetado debemos empezar a conocer ya hoy.
España ha sido pionera desde hace años en Europa con un RD506/2013 sobre productos fertilizantes que ha dado forma a gran cantidad de productos no contemplados en una obsoleta y paralela normativa de abonos CE hecha a la medida de abonos minerales poco evolucionados. La evolución del progreso técnico y científico propicia el desarrollo de nuevos productos fertilizantes a mayor ritmo que su marco legislativo contemporáneo. Algunos de ellos, afortunadamente, como los fertilizantes que incorporan microorganismos que facilitan la disponibilidad de nutrientes para la planta han sido ya incluidos en la revisión del RD 506/2013 el pasado diciembre de 2017.
El marco legislativo del Reglamento CE 2003/2003 de Abonos CE que armoniza en el territorio UE los fertilizantes inorgánicos ha supuesto una dura limitación para el mutuo reconocimiento entre países de los abonos orgánicos tan necesarios y demandados por una creciente demanda de una agricultura cada vez más libre de “química”. Un proyecto de nuevo Reglamento UE de Fertilizantes es promovido desde 2009 para asegurar la libre circulación de productos en la UE para todos los Fertilizantes, en una legislación armonizada con marca CE. Con el objetivo de la CE de promover la innovación se abre la discusión sobre Bioestimulantes en 2012. La propuesta del futuro ámbito quedó decidido a principios del 2012 como Reglamento de fertilizantes, enmiendas calizas, enmiendas, medios de cultivo y bioestimulantes. En 2014 se han añadido los Aditivos de Fertilizantes como una categoría más que recogerá el futuro Reglamento. Una vez sea aprobado y publicado el futuro Reglamento (2019?) quedará derogado el R. 2003/2003, así como las legislaciones nacionales de los estados en materia de Fertilizantes. Habrá un único marco legislativo UE y un mercado sin barreras. No pretendemos crear alarma pero avanzamos rápidamente a tiempos de nueva clasificación de los productos, de requisitos mínimos y de etiquetado (por categorías y no por tipos como está ahora establecido). Es obligado, al menos, empezar a hablar de ello.
En el caso concreto de los Bioestimulantes, habrá un Registro único UE para los Bioestimulantes de las plantas (PB): Familia de productos independiente y diversa. No hablamos de la próxima década sino de los próximos dos-tres años. Que nadie ligado hoy a la investigación, comercialización o actividad agrícola se mantenga ajeno a los Bioestimulantes y a las oportunidades que brindan para nuestros cultivos y nuestro medio ambiente.