Reflexiones sobre la protección del suelo en las zonas cerealistas de Aragón

oye-closed - 06 Mar, 2018

José Luis Arrúe Ugarte
Departamento de Suelo y Agua
Estación Experimental de Aula Dei
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Según la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE) del MAPAMA correspondiente a 2017, la superficie de secano y regadío en Aragón ocupada por cereales grano fue ese año de 919.674 ha (77% en secano y 23% en regadío). Esa superficie, más la destinada a barbechos (444.895 ha), representa aproximadamente el 30% de la superficie total de Aragón. Dicho de otra manera, casi la tercera parte de los suelos de Aragón son suelos agrícolas dedicados a cultivos de cereal. Por otro lado, según el documento “La Producción Agraria en Aragón-Octubre 2017”, del Gobierno de Aragón, la cosecha de cereales de invierno en el secano aragonés en 2017 superó ligeramente la media de los últimos 25 años, y, en el caso del regadío, las producciones fueron un 50% superiores a la media del periodo 1982-2016. Globalmente, la producción de cereal de invierno en Aragón fue un 15% superior a la media del periodo 1982-2016. De todos estos datos podemos inferir que la superficie que ocupan en Aragón los suelos cerealistas es muy importante, que la productividad del suelo no parece empeorar con el tiempo y, por último, que para mantener y/o mejorar esa productividad debemos mantener y/o mejorar la calidad y salud de dichos suelos.

Sin embargo, los estudios edafológicos llevados a cabo durante las últimas décadas en los centros e institutos de investigación de Aragón han puesto de manifiesto la fragilidad de muchos de nuestros suelos cerealistas, por ejemplo, aquellos que en los secanos áridos y semiáridos del centro de Aragón están dedicados al cultivo de “año y vez”. Este sistema de cultivo conlleva largos periodos de barbecho, durante los cuales el suelo, desnudo o desprovisto de una cubierta vegetal adecuada, queda a merced de la acción del viento y del agua, lo que puede suponer, sin duda, importantes pérdidas de suelo y nutrientes. En general, el suelo agrícola de las zonas cerealistas de Aragón se caracteriza por un bajo contenido en materia orgánica y un alto riesgo de degradación (erosión, salinización, pérdida de estructura, pérdida de materia orgánica), lo cual está directamente relacionado con su manejo agrícola, basado en muchos casos, en un laboreo intensivo del suelo, y en algunas zonas, como se ha indicado, en la rotación cereal-barbecho. Pero, ¿de qué herramientas disponemos para proteger y conservar los suelos cerealistas de Aragón?

 

Impacto de una labor tradicional con arado de vertedera sobre la  superficie y capa arable del suelo en un cultivo de cereal de invierno.

En el contexto legislativo europeo, y a diferencia de lo que sucede con el agua y el aire, que poseen sus propias directivas marco, el recurso suelo carece aún de una directiva específica, un marco de actuación comunitario, que vele, globalmente, por su protección y conservación. En 2006, la Comisión Europea aprobó la Estrategia Temática para la Protección del Suelo en la Unión Europea [COM(2006) 231]. En síntesis, el objetivo de esta estrategia es la protección del suelo y la preservación de su capacidad de desempeñar sus funciones ecológicas, económicas, sociales y culturales, y se articula en torno a cuatro pilares fundamentales: (1) una Directiva marco cuyo objetivo principal sea la protección y la utilización sostenible del suelo; (2) la integración de la protección del suelo en la formulación y aplicación de las políticas nacionales y comunitarias; (3) mejorar la falta actual de conocimientos en algunos ámbitos de interés, mediante investigación respaldada por programas nacionales y comunitarios; y (4) aumentar la sensibilización del público en cuanto a la necesidad de proteger el suelo. Sin embargo, el primero de ellos, el pilar más importante, esto es, la propuesta de Directiva marco [COM(2006) 232] o ley europea para la protección del suelo, cuya lectura recomiendo, no ha sido aún construido. En 2014, después de ocho años de bloqueo por parte de una minoría de Estados miembros, que, aparentemente, alegaron razones de subsidiariedad, costes excesivos y cargas administrativas, la Comisión Europea, lamentablemente, optó por retirar oficialmente, por obsoleta, su propuesta de directivamarco para la protección del suelo (OJ C 153 de 21 de mayo de 2014).

De entre las distintas amenazas que, globalmente, han sido identificadas para los suelos europeos, la erosión hídrica, la erosión eólica, la pérdida de materia orgánica, la compactación, la salinización, la desertificación y, en menor medida, las inundaciones y los corrimientos de tierra, afectan en muy diverso grado a los suelos cerealistas de Aragón. La protección de estos suelos frente a estas amenazas requiere un manejo sostenible de los mismos y, para ello, la adopción de prácticas de agricultura de conservación -basadas en la reducción del laboreo, el mantenimiento de una adecuada cubierta vegetal sobre el suelo y la rotación de cultivos- puede ser una estrategia viable, al menos así lo indican los resultados de los proyectos que hemos llevado a cabo en las dos últimas décadas, en estrecha colaboración con el grupo de Sistemas Integrados de Producción Agrícola Extensiva en Zonas Mediterráneas de la Universidad de Lérida, como Unidad Asociadaal CSIC a través de la Estación Experimental de Aula Dei.

Aspecto de la superficie del suelo de un campo de barbecho tras laboreo tradicional (pase con arado de vertedera + pase con rulo compactador) (izquierda) y laboreo reducido (pase con chisel) (derecha) para el control de la erosión eólica en Villafranca de Ebro, Zaragoza (proyecto WELSONS).

Pero, aparte de las prácticas de agricultura de conservación, cuya adopción cada agricultor deberá valorar según las características de su explotación, la protección y conservación de los suelos cerealistas en Aragón depende en gran medida del cumplimiento de la condicionalidad de las ayudas de la Política Agraria Comunitaria (PAC), según la normativa de la Comunidad Autónoma vigente cada año. El desarrollo de los proyectos de los grupos operativos de la Asociación Europea para la Innovación (AEI) en el marco del Programa de Desarrollo Rural para Aragón 2014-2020, especialmente los relacionados con la productividad y sostenibilidad de las explotaciones agrarias y la protección del medio ambiente, puede ser también un buen instrumento para sensibilizar al sector sobre la necesidad e importancia de la conservación del suelo en Aragón. En cualquier caso, una directiva europea específica para la protección del suelo aumentaría, sin duda, la eficiencia en la conservación y mantenimiento de las funcionesde nuestros suelos. ¿Lo veremos?

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