Semilla de Aragón “Calidad e innovación”
Emilio Betrán Escartín
Centro de Sanidad y Certificacion Vegetal
Gobierno de Aragón
LIDERAZGO DE ARAGÓN EN LA PRODUCCIÓN DE SEMILLA CERTIFICADA
El sector productor de semillas de cereal en Aragón lo constituye un entramado de 51 entidades, de las que 37 producen semillas de cereal, la mayor parte multiplicadores, cuyo volumen de negocio se estima que puede superar los 28 millones de euros. Se trata de empresas muy ligadas al territorio, generando puestos de trabajo en el medio rural, con una actividad agroindustrial de transformación que resultaría muy complicado deslocalizar.
Hace años que Aragón ocupa un puesto destacado en la producción de semilla certificada. Es la región que más superficie dedica a la multiplicación de semilla que luego es certificada en Aragón o que viaja a otras comunidades autónomas limítrofes para ser certificada. Pero, además, en la campaña 2016-17 se ha situado como líder en la producción de semilla certificada de cereales. Según los datos del MAPAMA, se han producido más de 74 millones de kg de cereales, un dato histórico respaldado por años de mucho trabajo conjunto de las empresas y de la administración.
El crecimiento vivido en las últimas campañas es un crecimiento constante, que ha llegado a superar las cifras históricas alcanzadas en el año 2005, en el que además existía una ayuda asociada a la siembra con semilla certificada del trigo duro. Se trata, por tanto, de un crecimiento consolidado, que ha llevado a que la producción de semilla certificada de cereales de invierno se haya prácticamente duplicado en los últimos cinco años.
Más allá de lo anecdótico que puede suponer liderar el ranking nacional, lo que sí se puede afirmar es que se ha consolidado la posición de liderazgo del entramado de entidades públicas y privadas de Aragón a nivel nacional. Esta posición viene respaldada, por una parte, por una importante tradición histórica de nuestras empresas y centros públicos y, por otro lado, por la paulatina profesionalización, capacidad de crecimiento e innovación que han mostrado las entidades en los últimos años, apostando por la GARANTÍA y el RIGOR que siempre ha tratado de mantener el sistema de certificación existente en Aragón. Esto ha permitido que las producciones de semilla certificada que aquí se obtienen, gocen de prestigio y reconocimiento dentro del sector y, por supuesto, entre los agricultores. Un valor que hay que saber aprovechar y fortalecer.
Esta apuesta por la CALIDAD que se viene realizando en buena parte de la producción de semillas en Aragón, se debería reconocer como una marca propia de producción. Así, la marca “SEMILLAS de ARAGON” debería reconocer esta diferenciación, y su posicionamiento en los mercados es uno de los objetivos a trabajar a medio- largo plazo. Sin duda una apuesta que debe ser liderada por empresas cada vez más profesionalizadas y respaldada por la administración, siendo conscientes de que la exigencia en la calidad del producto ofrecido debe ser la máxima que prime para poder seguir contando con el respaldo de los agricultores.
Por otro lado, queda todavía mucho por hacer en la transmisión de la importancia de utilizar un material genético innovador, que aporte el máximo valor añadido a nuestros agricultores, siendo la semilla certificada, la mejor forma de obtenerlo. En este sentido, los datos son también positivos. La tasa de utilización de semilla certificada por parte de nuestros agricultores, atendiendo a los datos del año 2016, se sitúa por encima del 40 %, mientras que la media nacional está en torno al 28 %. Son datos sin duda esperanzadores, más teniendo en cuenta la realidad productiva de buena parte de nuestras zonas de secano aragonés.
Como ya hemos dicho, son muchos los movimientos positivos que se están viendo en el sector, pero todavía quedan muchos aspectos a mejorar si queremos que este crecimiento vivido en los últimos años se consolide, de los que señalamos solo algunos:
- Existe una escasa dimensión de una buena parte de las empresas, que dificultan la introducción de mejoras en los procesos productivos. Además, esta escasa dimensión impide potenciar programas de mejora para la obtención de nuevas variedades. En este sentido, hay que señalar que la mayor parte de las empresas se dedican únicamente a la multiplicación de variedades obtenidas por grandes compañías internacionales, y, salvo honrosas excepciones, las empresas de nuestro territorio carecen de líneas de investigación de nuevas variedades.
- Se debe trabajar para intentar abaratar los costes de producción de la semilla certificada, haciendo más asequible su adquisición por los agricultores, de tal forma que puedan ser introducidas en zonas de producción que manejan una baja rentabilidad.
- A pesar del reconocido esfuerzo que están realizando los agricultores por introducir nuevas variedades que aporten nuevas características para su transformación, en muchas ocasiones este esfuerzo no se ve recompensado por una mejora en las condiciones económicas de comercialización. Sin duda, es un esfuerzo que se deber realizar por parte de las industrias, cooperativas, etc., donde se debe primar la trazabilidad y una comercialización diferenciada y retribuida de manera justa. Será, desde luego, una forma de promocionar la utilización de nuevas variedades y, por tanto, de la semilla certificada.
Al margen de las duras condiciones climáticas que nos están tocando vivir durante esta campaña de siembras, el futuro por tanto de la producción de cereales en nuestro territorio debe ser visto con optimismo, con todavía un margen de mejora considerable y con la búsqueda de la rentabilidad del agricultor como uno de los objetivos fundamentales a conseguir.