Efectos beneficiosos de la inclusión de esparceta en la dieta de la oveja lactante / Margalida Joy

oye-closed - 11 Oct, 2018

Margalida Joy 
Unidad de Producción y Sanidad Animal
   Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA)
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)

El sector ovino tiene una gran importancia en España, siendo el segundo productor europeo, después del Reino Unido. En España se produce mayoritariamente un cordero de cebo de tipo ligero que procede de razas autóctonas de pequeño formato. Gran parte de la alimentación de dichos corderos ligeros se basa en el consumo de leche materna (desde el nacimiento hasta 45-50 días), siendo prácticamente exclusivo en el cordero lechal (10-12 kg peso vivo, PV). El cordero ternasco (22-24 kg PV) se alimenta también de leche materna hasta el destete (45-50 días) y posteriormente pasa a cebadero con concentrado y paja (30-45 días). Actualmente, hay interés de reintroducir los forrajes en el sistema de alimentación del ovino para incrementar la autosuficiencia y la rentabilidad de la explotación, además de poder satisfacer la demanda de productos animales procedentes de sistemas productivos sostenibles y resilientes.

La carne de cordero procedente de animales con dietas forrajeras presenta claras ventajas para la salud humana, además de tener una mejor imagen para el consumidor. En los corderos ligeros, la alimentación de la oveja es clave para modificar la calidad de la carne del cordero lechal, mientras que su efecto sobre el cordero ternasco no es a priori tan evidente. En estudios previos realizados en este Centro, se ha observado un efecto residual de la inclusión de forraje en la dieta de la madre lactante sobre la calidad de la carne de cordero ligero.

Algunas leguminosas forrajeras, ampliamente distribuidas en áreas mediterráneas (esparceta, zulla, y lotus, entre otras), presentan taninos condensados (TC), los cuales tienen efectos beneficiosos como la prevención del timpanismo, la reducción de la producción de metano y amoníaco, la actividad antihelmíntica. También los TC influyen sobre la calidad de la leche y de la carne, ya que pueden afectar a la biohidrogenación de los ácidos grasos (AG) pudiendo mejorar el perfil de AG en la leche de las ovejas y en la carne de los corderos para la salud humana.

A su vez los TC también pueden mejorar la vida útil de la carne, retrasando la oxidación lipídica y la formación de metamioglobina en la carne. Estudios realizados en el CITA han mostrado que los corderos cuyas madres pastaban alfalfa o esparceta presentaron una mayor vida útil de su carne, entre 2 y 6 días, lo que se relaciona con la presencia natural de α-tocoferol en los forrajes verdes. Ello refleja la importancia de la dieta de la oveja durante la lactancia sobre la vida útil de la carne de cordero ligero, independientemente del destete y posterior cebo intensivo.

Actualmente hay interés en incrementar la vida útil de la carne, por lo que en algunas ocasiones se adicionan antioxidantes directamente en carne o indirectamente en la dieta del animal. Sin embargo, algunos estudios muestran que la carne de rumiantes alimentados con forrajes verdes presenta mejor estabilidad oxidativa que los alimentados con concentrados, debido a la mayor concentración de antioxidantes naturales. Teniendo en cuenta la actual preocupación para reducir el uso de conservantes sintéticos en los alimentos, los antioxidantes naturales, entre los que se encuentran la vitamina E (α-tocoferol), los carotenoides y algunos compuestos fenólicos como los TC, pueden representar una herramienta de futuro en la nutrición del cordero de cebo.

 

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