Raúl Carlos Mainar Jaime
Departamento de Patologia Animal
Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
En los países industrializados la salmonelosis se considera una de las infecciones bacterianas con mayor prevalencia entre las transmitidas a través de alimentos contaminados. En 2016, en la UE hubo 94.530 casos registrados de salmonelosis humana (20,4/100.000 habitantes). En España, el número de casos fue mucho mayor que en la mayoría de los países de la UE (9.819), pero las tasas de notificación no se pudieron calcular ya que las autoridades españolas no proporcionaron información al respecto. En cualquier caso el número de casos de Salmonella no tifoidea en España ha mostrado una tendencia creciente (desde los 4.224 en 2012), siendo uno de los países con la mayor proporción de casos domésticos (> 90%), así como el origen de bastantes casos en turistas extranjeros que visitaron nuestro país. Las tres serovariedades más notificadas en casos humanos en la UE fueron S. Enteritidis, S. Typhimurium y monofásica S. Typhimurium. El primer serovar se asocia fundamentalmente con aves (carne y huevos) y los dos últimos están generalmente vinculados a los cerdos y al consumo de su carne.
Mientras que la prevalencia de la salmonelosis en aves (gallinas y pollos principalmente) es actualmente mínima, gracias a los programas nacionales de erradicación de la infección en esta especie, las cifras del último y único estudio de referencia europeo sobre salmonelosis en cerdos sacrificados (2006-2007) mostraban a una España líder europeo en la prevalencia de esta infección, con el 30% de cerdos infectados (lejos del promedio en la UE del 10%) (Figura 1). Estos resultados se confirmaron posteriormente en Aragón tras un estudio realizado por nuestro equipo de investigación en 2011. La importancia de la contaminación de la carne de cerdo por Salmonella quedó además patente en diversos estudios realizados en mataderos españoles donde se detectó la bacteria hasta en el 30-40% de las canales de cerdo.
No hay duda de que el control de esta infección debe ser uno de los principales desafíos que debe asumir el sector porcino español a corto o medio plazo. España, un importante exportador de carne de cerdo y líder en productividad porcina, tendrá que hacer esfuerzos para demostrar que también puede ser un líder en la seguridad de la carne. Por lo tanto, será imprescindible implementar programas de control efectivos para la salmonelosis porcina que ayuden a reducir drásticamente tanto la alta prevalencia en cerdos como la incidencia en humanos atribuida a los cerdos. Grandes productores de porcino como Dinamarca, Alemania, Holanda o Bélgica ya iniciaron programas nacionales de control de salmonelosis porcina, aunque el éxito de los mismos ha sido cuestionado en la mayoría de los casos.
Figura 1. Prevalencia de salmonelosis porcina en la UE (2006-2007)
En los países industrializados la salmonelosis se considera una de las infecciones bacterianas con mayor prevalencia entre las transmitidas a través de alimentos contaminados. En 2016, en la UE hubo 94.530 casos registrados de salmonelosis humana (20,4/100.000 habitantes). En España, el número de casos fue mucho mayor que en la mayoría de los países de la UE (9.819), pero las tasas de notificación no se pudieron calcular ya que las autoridades españolas no proporcionaron información al respecto. En cualquier caso el número de casos de Salmonella no tifoidea en España ha mostrado una tendencia creciente (desde los 4.224 en 2012), siendo uno de los países con la mayor proporción de casos domésticos (> 90%), así como el origen de bastantes casos en turistas extranjeros que visitaron nuestro país. Las tres serovariedades más notificadas en casos humanos en la UE fueron S. Enteritidis, S. Typhimurium y monofásica S. Typhimurium. El primer serovar se asocia fundamentalmente con aves (carne y huevos) y los dos últimos están generalmente vinculados a los cerdos y al consumo de su carne.
Mientras que la prevalencia de la salmonelosis en aves (gallinas y pollos principalmente) es actualmente mínima, gracias a los programas nacionales de erradicación de la infección en esta especie, las cifras del último y único estudio de referencia europeo sobre salmonelosis en cerdos sacrificados (2006-2007) mostraban a una España líder europeo en la prevalencia de esta infección, con el 30% de cerdos infectados (lejos del promedio en la UE del 10%) (Figura 1). Estos resultados se confirmaron posteriormente en Aragón tras un estudio realizado por nuestro equipo de investigación en 2011. La importancia de la contaminación de la carne de cerdo por Salmonella quedó además patente en diversos estudios realizados en mataderos españoles donde se detectó la bacteria hasta en el 30-40% de las canales de cerdo.
No hay duda de que el control de esta infección debe ser uno de los principales desafíos que debe asumir el sector porcino español a corto o medio plazo. España, un importante exportador de carne de cerdo y líder en productividad porcina, tendrá que hacer esfuerzos para demostrar que también puede ser un líder en la seguridad de la carne. Por lo tanto, será imprescindible implementar programas de control efectivos para la salmonelosis porcina que ayuden a reducir drásticamente tanto la alta prevalencia en cerdos como la incidencia en humanos atribuida a los cerdos. Grandes productores de porcino como Dinamarca, Alemania, Holanda o Bélgica ya iniciaron programas nacionales de control de salmonelosis porcina, aunque el éxito de los mismos ha sido cuestionado en la mayoría de los casos.
Figura 2. Bases para el control de la salmonelosis porcina en las explotaciones
Los resultados de todos estos estudios nos han permitido plantear un plan de control integral que involucre tanto a productores como a mataderos. Este estaría basado en un modelo predictivo que nos permitiera determinar con suficiente antelación el riesgo de excreción de Salmonella en el matadero de los cerdos que van a ser sacrificados. La aplicación de este plan permitiría la identificación de granjas de "alto riesgo" y la posibilidad de implementar actividades tanto en la granja como en el matadero que mitigaran la excreción de este patógeno y redujeran el riesgo de contaminación de las canales y por lo tanto el riesgo de infección en las personas. Del interés del sector y de la Administración dependerá que este modelo de plan de control se pruebe.
Mª Ángeles Latorre Górriz
Departamento de Producción Animal y Ciencia de los Alimentos
Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
Desde hace años hay una queja muy generalizada, por parte de los industriales y ganaderos, en relación con la proporción de canales que, en el matadero, no llegan a ser calificadas como aptas para Jamón de Teruel. Ésta puede llegar a superar el 30%. La crianza de un cerdo para este tipo de jamón supone casi un mes más de engorde que la de un cerdo comercial, lo que inevitablemente genera mayores costes. Por tanto, eliminar un porcentaje tan alto de canales acarrea una pérdida considerable de ganancias.
La principal causa de rechazo es la falta de cobertura grasa, exigida por el Consejo Regulador por favorecer el salado y evitar el excesivo secado durante el proceso de curación de los perniles. Los primeros Proyectos de Investigación que llevamos a cabo, para combatir este problema, consistieron en aumentar el peso al sacrificio de los animales (de aproximadamente 120 a 130 kg), puesto que esto acarrea mayor retención grasa. Sin embargo, pese a que el porcentaje de canales aptas aumentó, seguía habiendo entre un 10 y un 15% que no lo lograban y observamos que, en su mayoría, se trataba de hembras. Hay que tener en cuenta que los cerdos destinados a Jamón de Teruel suelen ser la mitad machos castrados y la otra mitad hembras enteras. La castración es aconsejable, cuando los machos se van a sacrificar por encima de los 110 kg, para evitar el olor sexual (olor a verraco) en la carne, provocado por la androstenona y el escatol. Por tanto, la castración se convierte en algo necesario en el caso de los machos destinados a Jamón de Teruel. Pero además, se sabe que conlleva un aumento del tejido graso, razón por la que los machos no suelen presentar tantos problemas de descalificación.
Así pues, nuestros esfuerzos pasaron a centrarse en las hembras y se focalizaron en su alimentación. Se comprobó que la reducción del nivel de lisina (aminoácido limitante del crecimiento) y el aumento del nivel energético de los piensos aumentaban la cobertura grasa de la canal pero estas estrategias no estaban exentas de inconvenientes; el aumento de energía puede conllevar mayor coste, puesto que las fuentes grasas son caras, y la reducción de lisina puede empeorar los rendimientos productivos de los cerdos, penalizando la ganancia de peso y el índice de conversión.
En vista del moderado éxito de estos estudios, empezamos a barajar la posibilidad de la castración. Si aumenta el engrasamiento en los machos, cabe esperar un efecto similar en las hembras. Sin embargo, la Directiva 120/2008/CE del Consejo, así como el RD 1135/2002, dejan patente que la castración quirúrgica en porcino, que es la que se practica, únicamente está permitida en machos. Solo hay una excepción y son las cerdas Ibéricas en extensivo destinadas a matadero (no reproductoras), a las que se les realiza para evitar las pérdidas de peso debidas al estro (celo) y para impedir la preñez ocasionada por la entrada de jabalíes en las fincas de dehesa. Así fue como empezamos a plantearnos la posibilidad de la inmunocastración, puesto que ésta sí está permitida. La única vacuna registrada actualmente para este fin es Vacsincel (comercializada por Zoetis), que contiene GnRH modificada para la formación de anticuerpos contra la GnRH del organismo porcino. Los escasos ensayos realizados con ella han sido en hembras Ibéricas. La empresa recomienda tres dosis aplicadas durante el engorde, puesto que se suelen sacrificar a un peso elevado (160 kg), y ha demostrado que suprime la función ovárica, evita la salida en celo y previene gestaciones no deseadas. Nuestro grupo de investigación ha realizado ya algunos experimentos con hembras destinadas a Jamón DOP Teruel, en los que se confirma que basta con dos dosis, y el resultado ha sido exitoso puesto que aumenta el espesor de cobertura grasa, lo que supone una mayor calificación de canales, y también incrementa el contenido en grasa intramuscular de la carne, que se relaciona con mayor terneza y jugosidad.
Pero además, la inmunocastración puede resultar también positiva en el caso de los machos destinados al mismo fin. Habitualmente, la castración quirúrgica se les practica durante la primera semana de vida del lechón, sin necesidad de control veterinario. Aunque no sea previsible a corto plazo, es posible que a medio plazo llegue a prohibirse en la UE, por motivos de bienestar animal, si no se realiza con anestesia y analgesia, lo que complicaría el manejo. Un considerable número de países (Reino Unido, Irlanda o Australia) ya ha abandonado casi en su totalidad la práctica de este tipo de castración en favor de la cría de machos enteros, que se sacrifican antes de alcanzar la pubertad, con la contrapartida de conseguir un menor peso de las canales en el momento del sacrificio. Pero esta opción es difícil de aplicar en países como el nuestro, con tradición jamonera, que requiere animales pesados. En este caso, la inmunocastración consiste en una vacuna comercializada también por Zoetis (Improvac) repartida en dos dosis. En recientes estudios hemos comprobado que conlleva una gran disminución de la producción de testosterona, pero también se ve reducido el nivel de deposición de grasa. Tenemos que seguir investigando si esta vía, que mejora el bienestar animal, es definitivamente interesante o no para nuestros machos.
El Jamón de Teruel es un producto único, de excelente calidad, pero hay que optimizar los sistemas de producción animal, así como perfilar todos los aspectos relacionados con el proceso de curación si se pretende una mayor proyección y competitividad.
Francisco Javier Zarazaga Soria
Departamento de Informática e Ingeniería de Sistemas
Escuela de Ingeniería y Arquitectura-Universidad de Zaragoza
Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A)
javy@unizar.es
El gran lastre que ha acarrea el sector del porcino es el vinculado a los purines que se generan. Al margen de diferentes iniciativas que se están poniendo en marcha para buscar aprovechamientos de los mismos, el uso principal y más extendido es como fertilizante en diferentes cultivos. No obstante, este uso viene tildado de fama de mala praxis: “Lo tiran en cualquier cuneta”, “Se aplica en parcelas que no corresponden”, etc. Por otro lado, existen trabajos que abogan por la fertilización con purines como una posibilidad económica de conseguir reponer los nutrientes que son necesarios en las tierras de cultivo, siempre que se haga atendiendo a las necesidades específicas de los diferentes cultivos y a las características que el propio purín que se aplica tiene.
En este contexto, se ha venido trabajando en la posibilidad de incorporar automatismos de control que permitan optimizar la aplicación de los purines como fertilizante, a la vez que limitan la capacidad de operar fuera de la normativa, dotando al proceso de una mayor transparencia. Estos trabajos se han materializado en un prototipo que se compone de las siguientes piezas:
- La integración de un sistema comercial de medición de la riqueza en nitrógeno en la cuba. Este sistema puede ser reemplazado por la incorporación de esta información de forma manual (obtenida por otros medios).
- Un sistema de control del equipamiento de la cuba conectado al sistema de comunicaciones de la misma (bus CAN) y que garantiza el funcionamiento en degradado si no se pudiera operar con el resto del sistema.
- Un equipo de gestión y comunicaciones, denominado Chamaleon y conectado al bus CAN, y que ha sido desarrollado para este proyecto. Este equipo actúa como eje central de las comunicaciones de la cisterna con el exterior.
- Una aplicación móvil que permite la interacción del sistema con la nube, y su control por parte del operario de la cuba. La aplicación incorpora ayudas de guiado a granja de recogida y a parcela de aplicación.
- Un sistema de información en la nube que sirve de apoyo a la planificación de los trabajos y reporta automáticamente las aplicaciones en los libros de aplicación de estiércoles y en el cuaderno de explotación agrícola.
El procedimiento operativo del prototipo desarrollado establece los siguientes pasos:
- Desde el sistema de información en la nube se prepara la orden de trabajo en la que se especifica de dónde se recogen los purines, dónde deben ser aplicados y con qué riqueza. Esta orden se remite al operario que la recibe en la aplicación móvil.
- Con ayuda de la aplicación móvil, el operario se desplaza a la instalación donde debe recoger el purín. A través del sistema de análisis de nitrógeno integrado, o directamente sobre la aplicación móvil, se incorpora información sobre la riqueza del purín.
- Nuevamente con la ayuda de la aplicación móvil, el operario se desplaza a la parcela donde debe llevar a cabo la aplicación. Una vez en la misma, da inicio al proceso de aplicación a través de la aplicación móvil. Ésta se comunica con el equipamiento de la cuba dándole las instrucciones necesarias para aplicar el purín en función de las variables manejadas.
- El sistema de control que va en el vehículo ajusta, en función de los parámetros establecidos y la velocidad a la que se desplaza, la cantidad de purín que se aplica actuando directamente en el mecanismo de regulación de salida correspondiente. A la vez va registrando la cantidad de purín que se aplica.
- Una vez terminado el proceso de aplicación, los registros recopilados se transfieren a la aplicación móvil que la reenvía al sistema de información en la nube donde se procede a registrar las operaciones en los correspondientes libros que hay que presentar ante las administraciones públicas.
El prototipo de este sistema fue presentado en FIMA 2018 y que obtuvo el premio de Novedad Técnica.
Los siguientes pasos en los que se están trabajando son:
- Control automático de parcela. El sistema no permitirá que se proceda a aplicar el purín en una parcela que no sea la establecida gracias al sistema GPS que lo equipa.
- Aplicación variable de purines basada en un mapa. En la versión actual, el sistema se configura de manera fija para toda la parcela. En futuras versiones, se podrá suministrar un mapa de aplicaciones de tal modo que el sistema hará sus ajustes de modo automático con el fin de poder aplicar en cada momento y lugar la cantidad planificada.
- Reporte de los mapas de aplicación para su análisis y comparación con mapas de suelo, cosecha, etc. en un contexto de agricultura de precisión.
- Planificación logística de la gestión de purines. Yendo un paso antes de lo ya desarrollado, el sistema se podrá conectar con un sistema de gestión de balsas de almacenamiento y sistemas logísticos que establezcan los movimientos de purines y sus aplicaciones, generando las órdenes de trabajo que son el desencadenante del prototipo actual.
- Registro de la operaciones en una red de blockchain de cara a garantizar la auditoría y transparencia de las mismas.
El trabajo expuesto forma parte del proyecto “Agroslab-GO: geolocalización y optimización de los procesos agrarios en entornos abiertos” que ha contado con el soporte de del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España y fondos FEDER de la Unión Europea, y la participación de la Universidad de Zaragoza y las empresas aragonesas Rigual s.a., 7eData s.l. y GeoSpatiumLab s.l..
Mª Victoria Falceto Recio
Departamento de Patologia Animal
Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
vfalceto@unizar.es
Un objetivo importante de la producción porcina es la transmisión a la descendencia de la continua mejora que se hace del potencial genético de los verracos y de las cerdas reproductoras. Hasta el siglo XX, la monta natural era la única alternativa en la cría del ganado porcino. En los años setenta y ochenta, se produjo en España la sustitución progresiva de la cubrición natural por la inseminación artificial con semen refrigerado. Sin duda, este cambio fue motivado por la continúa investigación en la mejora de los diluyentes seminales, los catéteres y la técnica de inseminación.
La reproducción asistida facilita el trabajo en las granjas y minimiza la transmisión de enfermedades por vía venérea. La inseminación artificial intracervical (IAC) deposita los espermatozoides directamente en el cervix del útero de la cerda mediante el uso de catéteres y dosis seminales, con la finalidad de conseguir gestación. A diferencia de la monta natural permite inseminar unas 20 cerdas con el eyaculado de un solo verraco, favoreciendo una difusión más rápida del progreso genético.
La figura del Dr. Santiago Martin Rillo (1952-2000) fue decisiva en la difusión de la inseminación artificial porcina en España y en el mundo. Este investigador impulso la profesionalización de los jóvenes veterinarios a través de libros y artículos científicos escritos en castellano. Además, organizó anualmente Congresos de reproducción porcina en los que participaban ponentes de todo el mundo y difundió la reproducción asistida entre los ganaderos, consiguiendo que éstos comprendieran mejor a los veterinarios.
Para mejorar la difusión genética de los reproductores ha sido determinante el desarrollo de la técnica de inseminación intrauterina poscervical (IAPC). Fue a partir del año 2005 cuando se empezó a utilizar en España y en poco más de 10 años se ha transformado en una técnica habitual para inseminar las cerdas multíparas de casi todas las explotaciones porcinas de cerdo blanco. La IAPC deposita el semen directamente en el cuerpo del útero, permitiendo utilizar menos de la mitad de espermatozoides por dosis seminal. Por tanto, con un eyaculado se pueda inseminar en el doble de cerdas multíparas que con la IAC, sin afectar negativamente al rendimiento productivo de la granja. Actualmente se han diseñado catéteres adaptados también al tamaño del aparato genital de las hembras nulíparas y su uso en la reposición se encuentra en plena expansión.
De forma simultanea a la inseminación intrauterina poscervical se puso a punto en España la técnica de inseminación intrauterina profunda (IAIUP) que deposita el semen al final de un cuerno uterino y por lo tanto requiere menos de la mitad de espermatozoides que la IAPC. Pese a ello, la IAIUP no ha sustituido comercialmente a la inseminación poscervical ya que es más laboriosa, el catéter es más caro y se obtienen resultados productivos semejantes. Sin embargo, la inseminación intrauterina profunda se hace imprescindible cuando se utiliza semen congelado en programas de selección genética. Además existe una variante del catéter que permite en las granjas de selección genética realizar la transferencia de embriones por vía no quirúrgica.
Además de inseminar con dosis seminales que contienen menor número de espermatozoides de mejor calidad, otro aspecto importante para que la mejora genética pueda llegar a un mayor numero de descendientes del verraco es la disminución del numero de inseminaciones artificiales realizadas durante el celo de una cerda, para así poder inseminar más cerdas con cada eyaculado recogido.
Los mejores rendimientos de fertilidad y prolificidad se producen durante las 6 horas previas a la ovulación. El celo en la cerda dura entre 1 y 3 días y la ovulación no presenta signos externos. Por tanto, el éxito reproductivo se basa en realizar varias inseminaciones desde que muestra inmovilidad ante la presencia del verraco recela hasta el final del estro, para intentar que una de ellas se aproxime lo mas posible al momento de la ovulación. La media de inseminaciones por hembra en celo en España es 2,4, pero pueden llegar a hacerse 4-5. Actualmente se considera que en la mayoría de las ocasiones, solo son necesarias dos inseminaciones separadas por 24 horas.
Existen dos tecnologías diferentes para realizar una sola inseminación por cerda en celo. La primera, en plena difusión comercial, es la inducción hormonal de la ovulación con análogos de la GnRH acompañada de inseminación única a tiempo fijo. La segunda, todavía en investigación, es la utilización de una dosis única de semen encapsulado, que se libera lenta y secuencialmente a lo lago del celo, asegurando que haya espermatozoides en el oviducto en el momento de la ovulación. Ambas técnicas facilitan la utilización de semen de un solo padre por celo de la cerda o incluso por lote de cerdas inseminadas, difundiéndose ampliamente las características genéticas del verraco.
Los resultados de futuras investigaciones podrán facilitar la incorporación a nivel comercial de la inseminación artificial con semen de alta capacidad fecundante y con semen sexado. La selección del sexo de las camadas permitiría manejar los esquemas de selección, desviándolos hacia un sexo u otro según las necesidades de cada granja.
Mariano Vidal Cortés
Laboratorio de Maquinaria Agrícola
Escuela Politécnica Superior de Huesca - Universidad de Zaragoza
La aplicación de estiércoles en las parcelas de cultivo es una práctica que se viene utilizando desde los orígenes de la agricultura, aprovechando los nutrientes de los mismos y cerrando el ciclo, pues los animales comen el vegetal, y tras ser procesado en su organismo, es devuelto al campo como "alimento" del nuevo cultivo. Sin embargo, en la actualidad nos encontramos con casos de aplicaciones de estiércol en parcelas agrícolas que causan molestias (olores) e impactos ambientales (contaminaciones de acuíferos y cauces de agua,...). Fundamentalmente, la problemática más acusada es en la aplicación de estiércol líquido, el conocido purín, debido al gran número de explotaciones de porcino existentes en el territorio (favoreciendo la vertebración del territorio, fijando población en el medio rural), a la no adecuación de los equipos de distribución del purín en campo para conseguir distribuciones homogéneas y al desconocimiento de la composición del purín en cada una de las explotaciones ganaderas donde se produce. Sin duda, es un problema que se debe solucionar, considerando el purín como un fertilizante de composición conocida.
Uno de los factores que influyen de forma importante en la eficiencia de la gestión, es el transporte del producto desde el lugar de producción (granja) hasta el punto de aplicación (parcela agrícola), encareciendo la distribución del purín. Sería conveniente realizar manejos de los animales en la granja reduciendo los consumos de agua excesivos, de esta forma se transportarían las mismas unidades de nutrientes, en mayor concentración, y por lo tanto se reduciría el número de trayectos a realizar, y en paralelo su coste.
El conocimiento de la composición del purín en cuanto a nutrientes es fundamental. Se debe acabar de dar el salto en el concepto de dosificación, dejando atrás los m de purín aplicados en una hectárea (m/ha) y hablando de kg de nutrientes (el más usado es el Nitrógeno) distribuidos en la hectárea (kgN/ha). Lógicamente, esto conlleva conocer la concentración de este elemento en el purín, y por lo tanto, el primer escalón en este sentido, sería realizar la analítica del purín producido. Esta concentración dependerá de una explotación a otra, y dentro de la misma explotación de las épocas de año y de las propias variables del manejo de la misma. Es decir, en cada punto de carga, periódicamente, se debería contar con la analítica correspondiente. Existe en el mercado metodología y equipamiento lo suficientemente preciso y rápido como para que ello sea viable.
Finalmente, el último factor que interviene en la cadena de distribución del purín en el campo es el equipo de aplicación. Las conocidas cisternas o cubas de purín, bien sean arrastradas por tractor agrícola o autopropulsadas, cargan el purín en la granja, lo transportan a la parcela y lo distribuyen en la misma. La mayoría de los equipos utilizados en la actualidad son todavía de distribución mediante plato. En estos casos, existen estudios que demuestran que más del 30% del N que posee el purín en la cuba no llega al suelo, por lo tanto, se está perdiendo un nutriente en cantidades no despreciables. Además, en ensayos de uniformidad de distribución, con este sistema de plato, se obtienen perfiles de distribución transversal, a partir de los cuales es muy difícil obtener homogeneidad en la misma. Estos dos aspectos (conocimiento de la concentración de nutrientes en el purín y sistema de distribución en campo) son los causantes en gran medida de los molestos olores (evaporación) y de la contaminación de aguas (distribución muy heterogénea).
Foto 1
Para solventar, en la medida de lo posible estos dos problemas, se debe recurrir a aplicaciones con equipos dotados de sistemas de distribución en superficie mediante rampas de tubos (foto 1), para posteriormente enterrar el purín, o mediante inyección al terreno directamente mediante reja (foto 2) o disco. Con ellos se pueden conseguir distribuciones lo suficientemente homogéneas para que no haya contaminación de aguas, si se aplica a las dosis correctas, ni malos olores si se procede al enterrado, en caso de que el tipo de cultivo y su estado vegetativo lo permita.
Foto 2
En el mercado se comercializan distintos sistemas de distribución con estas finalidades, instalados en equipos que pueden ir dotados de la última tecnología en aplicación de dosis variable. Para ello, incorporan sensores que proporcionan información acerca de la concentración (c) de nutrientes (N) en el purín, del caudal de purín (Q) saliente de la cuba y de la velocidad (v) real de desplazamiento. Conocida la anchura (a) de aplicación, el propio equipo, a través de un procesador que lleva incorporado, acciona de forma autónoma la valvulería necesaria para variar el caudal, con la finalidad de mantener constante la dosis (d) de N aplicada. La expresión que relaciona estos parámetros es:
Como se ha comentado anteriormente, la mayoría del parque de cisternas de purín en nuestro país es de distribución mediante plato. Tras la entrada en vigor del RD 980/2017 el pasado de enero de 2018, estos sistemas de distribución no se pueden utilizar en los casos de recibir ayudas de pagos directos, determinadas primas anuales de desarrollo rural, o pagos en virtud de determinados programas de apoyo al sector vitivinícola. Las distintas Comunidades Autónomas han reglamentado la puesta en marcha de esta medida en sus respectivos territorios, y el Ministerio ha convocado en 2018 ayudas de plan renove de maquinaria orientadas exclusivamente para este tipo de equipos, ya sea renovación del equipo completo o exclusivamente de sustitución del sistema de distribución. En los casos de renovar solo el sistema de distribución, sustituyendo el plato por otro sistema de los permitidos, se debe tener en cuenta, dependiendo del sistema implementado, la reglamentación de industria y de tráfico por si fuera de aplicación. La instalación de estos sistemas de distribución puede llevar consigo, cambios en las dimensiones finales del remolque, en sus pesos, o dificultar la visión de los dispositivos de señalización (luces de frenado, de posición, intermitentes,...). Así pues, en la mayoría de los casos, la documentación requerida para la ITV será: marcado CE del sistema de distribución implementado, Proyecto técnico de la reforma, Certificación final de obra, Informe de conformidad y Certificado del taller. El visto bueno final de la Estación de Inspección Técnica de Vehículos debe ser dado por una instalación fija.
Esta renovación de los equipos de aplicación de purín (total o parcial), es necesaria para realizar aplicaciones causantes de menos molestias que las actuales a través de platos, y más homogéneas en toda la superficie. Si además las aplicaciones se realizan conociendo la composición en nutrientes del purín, y se aplican las dosis de los mismos que necesita cada cultivo y sin sobrepasar los límites normativos, el purín se estará usando como un fertilizante, disminuyendo el impacto ambiental y la dosis de fertilizantes químicos aplicados, y por lo tanto, la inversión en inputs necesarios para el cultivo.