Marcos Garcés Lizama
Bañon
mgarliz@gmail.com

Cómo si muchos acabaran de descubrirlo asistimos a un boom del tema despoblación, uno de los problemas sociales más importantes que tenemos como país, el abandono de casi el 85% del territorio y un tipo de pobreza social.

Teruel es uno de los máximos exponentes de ello y miedo me da que, como en otras ocasiones, nos quedemos en foros, charlas, estudios y jornadas y no apliquemos soluciones reales ni nos pongamos manos a la obra.

Sé de lo que hablo, soy de Bañón, un pueblo de Teruel (comarca del Jiloca) de 157 habitantes censados pero de 100 habitando en invierno y soy un enamorado del lugar donde vivo y de mi forma de vida, la agricultura. Pero igual que lo disfruto lo sufro.

A nadie se le escapa que la despoblación es un problema de muchas aristas y difícil solución que necesita que se aborden los numerosos retos y la necesidad de habilitar numerosas herramientas para solucionarlo. Pero tenemos una que ya está instaurada, que tiene coherencia territorial y social y es principal: la agricultura y la ganadería. Pero eso sí, de valor añadido y transformación en el territorio.

Tradicionalmente el sector hemos pecado de hacer poco caso al mercado y centrarnos en producir pero hoy más que nunca la realidad nos obliga a cambiar esta práctica, nos guste o no vivimos en la sociedad de la imagen y del marketing y si no miras al mercado estas muerto.

Recuerdo perfectamente cuando hace tres años mi padre se empeñó en que le acompañara a Nuremberg, Alemania, a Biofach, la feria más importante de Europa de agricultura bio. Ahí me di cuenta del potencial que tiene una provincia como Teruel, de que mi zona y mi trabajo, si queremos, tienen futuro. Alimentos de calidad, en este caso de producción ecológica, sobre todo de proteína vegetal pero eso sí, todos transformados o elaborados con procesos sencillos que generaban un gran valor añadido. ¿Y todo eso porqué? Fácil, el mercado lo demanda. Vivimos en el primer mundo y una vez asegurada la alimentación buscamos la alimentación de calidad y el consumo responsable. Incluso ya se está superando este paso y ahora en la cosmética y cuidado personal también está creciendo exponencialmente esta tendencia.

Las características orográficas de Teruel y su clima lo hacen un lugar ideal para la producción de alimentos de calidad, ecológicos y productos especiales pero eso sí, repito, con valor añadido y transformación en el territorio.

En cierto modo es volver a variedades y sabiduría de cultivo de nuestros abuelos y bisabuelos pero con toda la carga tecnológica actual para producir, transformar y vender. Trigos antiguos como aragon 03, Florencio aurora, chamorro o espelta; legumbres de calidad o ganadería ecológica; plantas aromáticas como la lavanda; trufas de calidad, azafrán, etc. Pero todo ello transformado en harinas, estrusionados, copos, esencias, zumos, etc. Tal como demanda el mercado. Además son variedades totalmente adaptadas a nuestros suelos y climas, rústicas que se llaman. No necesitamos irnos a cultivos “más raros” para nuestro territorio.

Esto se traduce en riqueza económica y social porque repercute en el territorio en forma de puestos de trabajo, negocios auxiliares, imagen territorial, etc. Y para todo ello son claves las cooperativas donde los productores se puedan unir para realizar las inversiones necesarias para la transformación y posicionamiento mercantil.

Yo tengo el ejemplo en casa. Cereales Teruel y el grupo Térvalis. Producimos el cereal en nuestros campos que va a la fábrica de piensos en Cella, estos vuelven a nuestras granjas a alimentar a nuestros cerdos transformados en piensos. Con el estiércol fertilizamos nuestros campos, para seguir produciendo cereal. Se sacrifican, despiezan y secan los productos en la provincia y se venden en el mundo entero. Calidad, trazabilidad, seguridad alimentaria y riqueza territorial. Ahora sumémosle una industria para transfar espeltas, florencios auroa, chamorros, etc. en harinas para vender… más valor añadido. O una envasadora de legumbres. También podemos complementar con el cultivo de plantas aromáticas y su destilado en esencias que tanto demanda la industria de la salud y la cosmética, otro complemento a nuestra actividad. O si lo prefieren una plantación de carrasca trufera, una parcela de azafrán… y todo ello repito, acompañado de transformación aquí. Desarrollo sostenible, bioeconomía y economía circular que se dice ahora.

La tendencia de consumo responsable, de calidad y de cercanía es una realidad aplastante que va a seguir creciendo. Nuestras zonas son ideales para ello y además estamos en el momento ideal para posicionarnos en un mercado todavía por madurar. Pero hace falta potenciar esta tendencia, crear el marco de desarrollo.

Soy consciente que no es la panacea, ni la única solución, pero si una de las claves y herramientas determinantes. También sé que no es decirlo y hacerlo y que hace falta otras muchas cosas pero tenemos que aprovechar lo que tenemos al alcance de la mano, lo que, repito, es social y territorialmente coherente.

Yo estoy convencido que si queremos zonas como Teruel tienen un futuro muy prometedor de la mano de la agricultura y la ganadería. Estamos en el territorio ideal en el momento adecuado, no me cabe ninguna duda.

Luis Miguel Albisu
   Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA)

Colaboradores: Andrés Yubero, Teresa Juan, Marta Carracedo, Miguel Angel Santillán y David García

La Red de Intercambio de Conocimiento Agroalimentario (RICA) nace para cubrir la necesidad de una mejor transmisión del conocimiento en el sector agroalimentario, tanto del conocimiento formal por parte de los expertos (investigadores y técnicos) como del conocimiento más empírico de los usuarios (agricultores y empresarios agroalimentarios).

Se ha desarrollado como Proyecto de Cooperación entre 2016 y 2018, dentro del Programa de Desarrollo Rural 2014-2020 del Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, del Gobierno de Aragón. El proyecto fue presentado por la Alianza Agroalimentaria Aragonesa y los beneficiarios han sido el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco, que ha actuado como coordinador, y el Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Aragón.

En esta primera fase se seleccionaron las producciones de cereales, carne de vacuno y frutas de hueso aunque ya se ha extendido al resto de las producciones y transformaciones del sector agroalimentario.

RICA se apoya en la plataforma digital Chil.org y ha estado operativa desde abril de 2017 aunque posteriormente se han ido mejorando sus prestaciones. Hay versiones accesibles a la página web (ricagroalimentacion.es) así como a las aplicaciones de teléfonos portátiles, tanto de iOS como Android. Si bien no tienen las mismas prestaciones ya que la página web está actualmente más desarrollada. Aunque nace con una vocación de atender al sector agroalimentario de Aragón su visibilidad traspasa la Comunidad Autónoma. El 35% de las visitas son desde países fuera de España y alrededor del 20-25% provienen de Aragón. El total de visitas, en la actualidad, está cercano al millón y medio.

RICA tiene la doble misión de transmitir la información y el conocimiento agroalimentario. Las secciones que tratan con la información son: Noticias y Eventos. Las 25 Noticias, de media, que se recogen diariamente, tienen un mayor foco en el ámbito de Aragón aunque también se seleccionan noticias de importancia nacional e internacional. Como media, se han estado recogiendo de 5 a 7 eventos diarios, como cursos, jornadas, etc., que ocurren en la Comunidad Autónoma de Aragón. Del total de visitas que se reciben, en la actualidad, estas secciones atraen el 60% aunque es previsible que ese porcentaje vaya disminuyendo para alcanzar, en fechas no muy lejanas, la mitad de las visitas relacionadas con las secciones relacionadas con la información y la otra mitad con las secciones relacionadas con el conocimiento.

El conocimiento se transmite en las secciones de Consultas, Documentos, Mediateca y Opiniones y Experiencias. Las Consultas corresponden a preguntas espontáneas o inducidas. En el primer caso la persona que formula la petición es anónima pero la respuesta está totalmente identificada, por el experto que la responde, con su afiliación profesional para que el usuario final lo identifique y localice para ulteriores consultas.

Los Documentos son en alrededor de un 80% de carácter divulgativo. El sistema alberga, en la actualidad, más de 1.000 documentos y se han realizado por encima de las 200.000 descargas. Se pueden encontrar temas relacionados con todo el sector agroalimentario y las publicaciones, escritas en español, no necesariamente provienen de Aragón sino que también han sido publicadas en cualquier lugar de España, aunque lógicamente predominan las realizadas desde la Comunidad.

La Mediateca recoge videos y podcasts de la radio. Se seleccionan aquellas intervenciones que aporten conocimiento y no solamente información. Tanto los videos como las intervenciones en las radios se acercan a 100, en cada caso.

La sección de Opiniones y Experiencias tiene un gran papel en la divulgación de conocimiento porque es aprovechar el gran potencial de profesionales de las distintas actividades relacionadas con el sector agroalimentario. Son los expertos, investigadores y técnicos, los que comunican entre 600 y 900 palabras junto con algunas imágenes resultados de proyectos, experiencias profesionales y conocimientos técnicos. Participan profesionales del sector público y privado. Los expertos del sector público son de instituciones de la Comunidad Autónoma de Aragón mientras que los expertos del sector privado pertenecen a empresas que operan en Aragón pero cuya sede principal puede estar fuera de la Comunidad. Esta sección tiene también por finalidad dar a conocer a los expertos y los temas que tratan para posteriores consultas. A día de hoy se superan las 185.000 visitas. El número de visitas de cada escrito es un buen indicativo del interés que genera cada tema para los usuarios del conocimiento.

A lo largo de su limitada existencia en el tiempo se ha demostrado, en base al número de visitas y descargas de documentos, que RICA es una herramienta valiosa para añadir transparencia a la transmisión de información y conocimiento. La información tiene un atractivo más inmediato para los usuarios, por su inmediatez. Posteriormente el contacto con RICA induce a la consulta y a la transmisión de conocimiento desde sus distintas secciones. Otras consultas van directamente a las secciones relacionadas con el conocimiento. Los expertos están entrando en una nueva dinámica de divulgación añadiendo una mayor visibilidad a su trabajo, pero también exponiéndose a los usuarios que juzgarán sus conocimientos. Todo este caudal debería resultar en una mejor resolución de los problemas del sector agroalimentario así como también del conocimiento de las necesidades planteadas por los usuarios finales, agricultores y empresarios agroalimentarios.

Para un mejor conocimiento de RICA se aconseja consultar el documento resultante del proyecto de cooperación en la sección de Documentos de RICA:

http://rica.chil.org/post/red-de-intercambio-de-conocimiento-agroalimentario-(rica)-229580

Jesús Abadías
Cooperativas Agro-alimentarias de Aragón 
jabadias@aragon.coop

La Alianza Cooperativa Internacional (ACI), en su Declaración sobre Identidad y Principios Cooperativos, adoptados en Manchester en 1.995, define una cooperativa como una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales de forma común por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada. Las dos características principales que las diferencia de otro tipo de organizaciones de capital privado o de gobierno, y que comparte con varias formas jurídicas de la economía social, es que son de propiedad comunal y tienen un control democrático. Estos son los aspectos claves en las cooperativas agroalimentarias, que junto al enraizamiento en las áreas rurales les ha permitido participar de forma protagonista en el desarrollo sostenible de la agricultura en nuestra comunidad y en otros muchos lugares.

Las cooperativas agroalimentarias, como empresas de economía social que son, tienen el objetivo de mejorar la rentabilidad económica de sus socios, su calidad de vida, el mantenimiento adecuado de las relaciones sociales, y también el respeto y cuidado por el medio ambiente, ya que sin tener en consideración todos los vértices que forman los objetivos de la economía social en las cooperativas agroalimentarias no se puede potenciar su desarrollo adecuado dentro de un entorno rural. Por ello tienen que evolucionar en términos ambientales y tecnológicos a través de la innovación, ya que es el único camino de desarrollo rural, social y económico de forma viable, y que se pueda perpetuar a lo largo del tiempo.

La influencia que tiene el sector agroalimentario sobre el territorio no sería tal sin el papel de las cooperativas agroalimentarias. No nos paramos a pensar que las cooperativas agroalimentarias además de dar solución a los problemas, y defender las explotaciones agrícolas y ganaderas frente a un mercado globalizado, son parte del núcleo de anclaje del desarrollo rural y de la lucha frente a la despoblación, así como la herramienta que actúa como vector de difusión de todos los avances de innovación, medioambientales, legislativos y tecnológicos en el sector. Una serie de beneficios sociales y económicos que por todos deberían ser conocidos en las áreas rurales, a los cuales hay que añadir el papel que ejercen por potenciar la sostenibilidad ambiental.

Si no, ¿cómo se incrementaría el impacto ambiental si cada uno se produjese, transformase y transportase sus alimentos de forma individualizada?, ¿cómo y de qué forma se asesoraría de forma independiente sobre el buen uso sostenible (además de en términos económicos) de los inputs y servicios que se utilizan en agricultura y ganadería?, ¿quién impulsaría acciones informativas y de innovación para la mejoras de la calidad de vida de agricultores y ganaderos?, ¿Cómo se articularían acciones de formación y asesoramiento para la mejora productiva en las explotaciones?, ¿quién se encargaría de valorizar subproductos agrícolas y ganaderos si no fuese por el mero beneficio económico?....

Además de la influencia intrínseca que tienen en sí las cooperativas sobre el desarrollo sostenible, en los últimos años en Aragón muchas de nuestras cooperativas junto con Cooperativas Agro-alimentarias Aragón hemos mejorado trabajando en diversas iniciativas, modelos y proyectos para alcanzar dicho fin. Es bueno dar a conocer lo que se hace, y sobre todo lo que se hace bien, por lo que a continuación os cito alguna de dichas actuaciones que se han impulsado desde Cooperativas Agro-alimentarias de Aragón en colaboración con nuestras cooperativas asociadas:

-Proyecto de gestión y compra de energía eléctrica colectiva en las cooperativas agrarias aragonesa. Un ejemplo claro de intercooperación, que permite a la estructura de forma colectiva costear un asesoramiento que quizás de forma individualizada sería imposible, además de obtener una competitividad de precios en el mercado que igualmente no sería posible alcanzar de forma individualizada.

 -Participación en diversos proyectos europeos de innovación relacionados con la eficiencia energética y la economía circular. El Proyecto Tesla y el Proyecto SCOoPE en eficiencia energética colaborativa, o el Proyecto Europruning o el Proyecto Sucellog en la valorización de subproductos y el impulso de nuevos modelos de negocio a partir de ellos, son claros ejemplos que demuestran que se puede producir de forma más sostenible a través de la innovación.

-Participación directa en dos Grupos Operativos Nacionales reconocidos por la Asociación Europea para la Innovación (AEI). Grupo Operativo INPULSE y Grupo operativo Agrobiosol.

-Participación en diversos proyectos de cooperación del sector agrario en Aragón, con una influencia del mundo cooperativo en el 43 % de los proyectos puestos en marcha desde el año 2016, que van desde la gestión sostenible de las explotaciones, pasando por el asesoramiento de explotaciones agrarias a través de ensayos demostradores, el impulso de nuevas vías de comercialización e internacionalización en las cooperativas.

Todos estos proyectos e iniciativas demuestran que el carácter cooperativo defiende y permite el desarrollo sostenible desde una base social, y siempre mejorando la rentabilidad del sector, de los agricultores y ganaderos, así como su calidad de vida. Las cooperativas son estructuras que permiten que la innovación llegue a una masa social agraria de manera directa, rápida y sobre todo a través de la confianza.

Ana Isabel Escalona Orcao
Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio
 Facultad de Filosofía y Letras - Universidad de Zaragoza
aescalon@unizar.es

La compleja situación de muchas áreas rurales españolas y su lenta convergencia con el nivel de rentas y de bienestar de las áreas urbanas justifica que desde hace años se estén buscando nuevas fórmulas para mejorar su dinámica territorial. Una de estas nuevas fórmulas se basa en el desarrollo de las llamadas actividades creativas, conjunto muy heterogéneo en el que se incluyen desde las arraigadas en la cultura tradicional – Patrimonio, Artes­­– hasta las que elaboran contenidos creativos para grandes audiencias –propias del ámbito de la Comunicación–pasando por actividades vinculadas con la propiedad intelectual –elaboración de software, publicidad, ingeniería, consultoría, arquitectura–, todas ellas con un elevado contenido creativo.

               Según la investigación que hemos llevado a cabo con un equipo multidisciplinar, existen en España 761 municipios extrametropolitanos de menos de 50.000 habitantes con concentraciones significativas, o clústeres, de empresas y empleos en sectores creativos. El mapa de la figura localiza los 514 con más de 1.000 habitantes. Su tamaño medio es relativamente elevado, 9.014 habitantes, aunque un 24,7% de los municipios con clústeres creativos tienen menos de 2.000. Se observa que 207 de los clústeres presentan un perfil cultural (dominan las actividades vinculadas a la cultura tradicional)  mientras que en 294 encontramos un perfil funcional (dominan las actividades vinculadas a la propiedad intelectual). Una buena parte de los clústeres forma cinturones creativos en torno a las grandes áreas urbanas del país (Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Sevilla, Bilbao o San Sebastián). No obstante también hay presencia significativa de clústeres en áreas muy escasamente pobladas del interior y la mitad norte.

Figura 1. Localización de los municipios extra-metropolitanos de menos de 50.000 habitantes con clústeres creativos y perfil de los mismos.

Fuente: Escalona-Orcao, Ana Isabel; Sáez-Pérez, Luis Antonio y Sánchez-Valverde García, Belén (2018): Location conditions for the clustering of creative activities in rural areas. Analysis and evidences from Spain. Applied Geography, 91: 1-11

            La Unión Europea y la OCDE consideran que las actividades creativas proporcionan a las áreas rurales ventajas competitivas en términos de conocimiento y de innovación, factores determinantes de la productividad empresarial y del desarrollo local. Por ello resulta muy oportuno sacar partido de la presencia creciente de estas actividades en las áreas rurales. Esta recomendación ha quedado avalada al verificarse en nuestra investigación una relación positiva entre la existencia de clústeres creativos y el comportamiento socioeconómico municipal en términos de dinamismo demográfico, capital humano, mercado laboral y actividad económica. El contraste entre los municipios con clúster y los que no lo tienen (figura 2) indica que la  variación demográfica, el índice de actividad económica y la proporción de población universitaria presentan valores claramente superiores en los municipios con clústeres creativos, siendo ligeramente inferior el desempleo. El tiempo transcurrido desde los años del análisis no debiera haber modificado los resultados.

Figura 2. Contrastes socioeconómicos entre los municipios con y sin clústeres creativos (1)

(1) Variables comparadas. X1: Variación de población entre 2001-2011; X2: Tasa de desempleo ; X3: Índice de actividad económica; X4: % de población con estudios universitarios. Grupos de municipios: NO = municipios extrametropolitanos de 1.000 a 50.000 habitantes sin clústeres creativos; SI = municipios municipios extrametropolitanos de 1.000 a 50.000 habitantes con clústeres creativos. Fuentes: Instituto Nacional de Estadística, Censo de la Población de 2011; Tesorería General de la Seguridad Social, 2012; La Caixa, Anuario Económico de España, 2012. Elaboración propia.

            El interés por el desarrollo de actividades creativas en las áreas extrametropolitanas o rurales nos ha llevado a explorar las condiciones que deberían reunir para facilitar la existencia de ecosistemas o clústeres creativos. En la literatura destacan, junto a los factores tradicionales aportados por los mercados y las políticas de los gobiernos (infraestructuras y demás “hard factors”), otros distintos, conocidos como “soft factors” por referirse a características intangibles de los lugares que configuran un entorno atractivo y se constituyen, por tanto, en fuente de ventajas competitivas. Es el caso de las  “amenidades” –ambientales, paisajísticas y culturales– que favorecen la calidad de vida; el dinamismo de la atmósfera local, la diversidad étnica y social o la receptividad y tolerancia de la población, incluida esta última en la teoría sobre las tres “tés” del crecimiento económico (Florida, 2002) junto a la tecnología y el talento.

            Los resultados obtenidos en nuestros trabajos matizan lo previsto en los debates académicos. Según los modelos econométricos elaborados los pocos predictores claros de la existencia de clústeres creativos en áreas extra-metropolitanas son el índice de actividad económica, la cuota de mercado, la población con estudios universitarios, algunas variables descriptivas del tejido empresarial (diversidad, tamaño, existencia de servicios) y, en mucha menor medida y sólo en relación con el empleo, la distancia a un mercado urbano. Las variables asociadas a los soft factors no han confirmado las expectativas sobre su capacidad explicativa de la economía de la cultura en estos clústeres extrametropolitanos. Este resultado nos parece una consecuencia de que en el tejido empresarial del espacio estudiado dominen los pequeños empresarios, que priman localizaciones próximas a sus residencias y conceden más importancia a los factors de tipo hard o tradicional. No cabe descartar tampoco que en la literatura se haya sobrevalorado el partido que pueden sacar las áreas rurales de sus ventajas específicas en el ámbito de los soft factors.

            En resumen, y con la prudencia siempre exigible en estos casos creemos poder afirmar que la existencia de clústeres creativos es más probable en las localidades rurales que se acercan, por su tamaño demográfico o económico, a las urbanas y en las que pueden desarrollarse, en mayor o menor medida, economías de aglomeración. Nuestra conclusión sitúa los beneficios de la aglomeración por encima de otros posibles determinantes del desarrollo local de tipo cualitativo o residencial como los que integran los soft factors. Creemos que esta conclusión invita a reflexionar sobre los efectos de la falta de escala no sólo en relación con el desarrollo de actividades creativas sino, en general, con la todavía pendiente recuperación demográfica, social y económica de la mayor parte de las áreas rurales.

Juan A. Marín
Pomología
Estación Experimental de Aula Dei
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
jmarin@eead.csic.es

En el grupo de investigación “Biología del Desarrollo y Material Vegetal en Frutales”, al que pertenezco, hemos realizado numerosas transferencias de conocimiento. Las reflexiones que siguen surgen tras muchos contactos con empresas agrarias y viveros que, en casi una veintena de ocasiones, originaron acuerdos de transferencia.

La Transferencia de Conocimiento al mundo de la empresa añade un valor a los resultados de la investigación que conecta con la sociedad de una manera mucho más visible que con la mera publicación científica. En general, los resultados de una investigación no pueden aplicarse directamente a una actividad empresarial, de ahí el florecimiento de términos como Desarrollo e Innovación; procesos que permiten la aplicación y puesta en valor de esa investigación y que están presentes cada vez más en las convocatorias de financiación.

Pero el trabajo del investigador no es ser empresario, y esa es la fuente de problemas que pueden aparecer cuando se piensa en realizar una transferencia al sector. Es importante ser consciente de esas dificultades para que no obstaculicen la transferencia y permitan la gran ventaja que aporta al investigador ver el efecto que tiene en la sociedad el resultado de su trabajo, además de recuperar parte de la inversión necesaria para obtener esos resultados.

El paso inicial de estas transferencias ha sido dado por las empresas, que han contactado con nosotros para solicitarnos apoyo tecnológico diverso. En referencia al cultivo in vitro, las demandas incluyen: 1) asesoría en la instalación y puesta en funcionamiento de un laboratorio comercial, 2) formación de personal técnico para gestionar el laboratorio y la producción de plantas, o 3) protocolos de micropropagación para diferentes especies.

La primera dificultad surge con la comunicación con la empresa. Somos científicos, no sabemos mucho del mundo de la empresa y tenemos que aprender un nuevo lenguaje. Esto también sucede en la dirección contraria, pero la situación mejora enormemente cuando el interlocutor de la empresa tiene formación técnica. Al principio, debemos tratar de conocer la situación de partida en la que se encuentra la empresa y qué es lo que nos demandan con la mayor precisión posible. Entonces es posible explicar qué podemos ofrecer y así establecer cual será el “éxito tecnológico” de la transferencia. Este éxito tecnológico es un concepto fundamental para evitar malos entendidos y aclarar el objeto de la transferencia. El éxito tecnológico no tiene por qué coincidir con los objetivos de la empresa, sino con lo que nos comprometemos a hacer y dar a la empresa. La empresa con su autonomía, experiencia y conocimiento del material vegetal debe traducir la transferencia en el “éxito industrial”. Por supuesto, el quipo de investigación puede asesorar en ese proceso si así se acuerda. Pero la parte administrativa de esta transferencia lleva consigo llegar a acuerdos en forma de contratos, convenios o colaboraciones entre el centro de investigación y la empresa que obligan a ajustarse a un marco legal. Cada vez es más común la intervención de equipos especializados en la transferencia que en los centros oficiales toman parte activa en este proceso. Gracias a las Oficinas de Transferencia y a la Gerencia del centro de investigación no nos vemos implicados en estos contratos, excepto en la parte técnica.

Otra dificultad es que, según nuestra experiencia, las empresas son únicas y diversas. Cada caso es diferente y, además, su situación puede cambiar en el tiempo porque surgen otros intereses, o cambian de objetivo por nuevas oportunidades. Entonces se desatiende el fin inicial y si falta comunicación puede resultar difícil comprender su actuación.

Por último, debemos fijar los costes de la transferencia. ¿Cuanto pedir por un trabajo de valor incalculable? Incalculable no tanto por la trascendencia del resultado, sino por el esfuerzo que ha sido necesario y el coste económico. Valorar en su totalidad un resultado lo hace intransferible por lo elevado que resulta. Además, no hay un “mercado” que nos diga si nuestro presupuesto está sobrevalorado o no. Debido a la confidencialidad de esta relación entre el centro de investigación y la empresa hay poca información de los costes de otros contratos. Pero tenemos claro que la transferencia no nos va a resolver la financiación del laboratorio. En España, la situación de las empresas viveristas no permite hacer un “contrato del siglo”.  Esos contratos millonarios que oímos en empresas farmacéuticas o de materiales queda muy alejado de nuestra realidad. Además, lo que ofrecemos es difícil de proteger con eficacia y con frecuencia es perecedero, ya que tratamos con plantas vivas. Nuestros protocolos, en algunos casos protegidos como secreto industrial o “Know How”, van acompañados con cultivos vivos de la especie con la que hemos desarrollado el protocolo. De otra forma, la utilización efectiva del mismo se demoraría mucho tiempo para ser de interés.

La participación creciente de las empresas como parte activa en proyectos de investigación o de innovación nos fuerza a quienes trabajamos en “Ciencia Orientada” a no mirar para otro lado y adaptarnos a esta realidad mejorando la comunicación y la colaboración con el sector.

Tiziana de-Magistris
Unidad de Economía Agroalimentaria y de los Recursos Naturales
   Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA)
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
tmagistris@aragon.es

Según una frase que se le atribuye al científico Albert Einstein, si las abejas desaparecieran, a la humanidad le quedarían solamente cuatro años de vida, porque “sin abejas, no hay polinización, no hay agricultura, no hay alimentos, no hay animales y, por lo tanto, tampoco humanos”.  En concreto, el cambio climático con las altas temperaturas, los bruscos cambios de tiempo, la varroa (el parasito que provoca la muerte de la colmena) y, finalmente, la fuerte crisis que está afectando al sector apícola aragonés, son circunstancias muy alarmantes.

Por estas razones, pienso que cada uno de nosotros, de tener la posibilidad, puede hacer una contribución pequeña o grande a la causa, para que esta preciosa “mascota” pueda, no solamente sobrevivir en su entorno natural y preservar la biodiversidad, sino también seguir generando, con su labor, un valor económico para los apicultores, cuya presencia hace que la España rural esté menos “vacía”.

Estos pensamientos me motivaron a presentar el proyecto FITEMIEL: recuperar la miel para recuperar el territorio ya que, como científica, consideré que el proyecto podría ser una buena oportunidad para generar conocimiento científico útil para el sector apícola de Teruel.

En concreto, el proyecto FITEMIEL está financiado con fondos FITE (PLATEA I+D), y tiene como objetivo general incrementar el grado de profesionalización del sector apícola de Teruel y su posición competitiva.

El sector apícola aragonés tiene la necesidad de incrementar su grado de profesionalización, para que pueda explotar su potencial como actividad generadora de empleo y, por tanto, servir como un instrumento de fijación de la población rural y de preservación de la biodiversidad.

El primer paso fue elaborar un análisis DAFO del sector apícola ya que, hasta el momento en que presenté la memoria del proyecto, no se había elaborado ningún análisis del diagnóstico. El diagnóstico del sector evidenció que la apicultura turolense tiene un gran atractivo, no solo para el desarrollo económico, sino también para el desarrollo social de la región y la preservación de sus recursos forestales. En concreto, la miel de Teruel presenta una calidad excepcional debido a la presencia, sobre todo, de vegetación de romero y de tomillo, muy apreciada tanto por los intermediarios como, especialmente, por el consumidor final. 

Sin embargo, una serie de características estructurales han actuado como barreras para el crecimiento del sector y, por tanto, influido en su bajo grado de profesionalización. Por un lado, se trata de un sector muy atomizado, que se caracteriza por la existencia de un gran número de pequeños apicultores, dispersos geográficamente, que no realizan acciones conjuntas. Además, la mayor parte de los apicultores llevan a cabo su actividad de manera artesanal o semi-artesanal, con un bajo grado de profesionalización.

Puesto que el volumen de producción del sector es limitado, pero de gran calidad, hasta el momento generan poco valor agregado, ya que la mayor parte de la miel se comercializa a granel a través de intermediarios o de la venta detallista desde casa, y solo un número muy marginal de apicultores cuentan con un registro sanitario que les permite transformar y envasar la miel con una marca propia.

Otra barrera de crecimiento es el modelo de negocio que los intermediarios mayoristas han desarrollado en la zona. Este modelo se centra en la compra de mieles de muy buena calidad a precios bajos, para su exportación a precios altos, y la importación de mieles más baratas y de baja calidad para su comercialización en los mercados nacionales. Esta situación favorece que la poca producción destinada al consumo local no pueda competir con los precios de las mieles importadas. Esto resulta especialmente grave porque el 70% de la miel comercializada en el mercado nacional se compra en supermercados y grandes superficies por consumidores con un nivel de conocimiento bajo sobre el producto, que pagan el precio más bajo en comparación a otros canales de comercialización. Esta situación establece las condiciones para que, tanto intermediarios, como consumidores finales, sean quienes tengan el mayor poder para negociar precios de venta y, por tanto, sean ellos quienes modulen la rentabilidad de las explotaciones apícolas.

 Asimismo, hay que agregar que, hoy en día, el sector apícola turolense cuenta con una normativa sobre el etiquetado de la miel que, indirectamente, favorece la compra por parte de un consumidor de miel mezclada con mieles más baratas y de peor calidad, procedentes de los países asiáticos. En el momento de la compra de la miel en el supermercado, el consumidor desconoce la calidad de la misma. Lamentablemente, parte del desconocimiento del consumidor se debe también a un etiquetado poco claro sobre la procedencia de la miel que consume. En virtud de la normativa vigente, se obliga a que en la etiqueta se mencionen el país o los países de origen en que la miel haya sido recolectada. En el caso de las mezclas, si las mieles proceden de más de un Estado miembro o de un tercer país, la mención relativa al origen podrá sustituirse, según proceda, por las menciones «mezcla de mieles de la UE», «mezcla de mieles no procedentes de la UE» o «mezcla de mieles procedentes de la UE y no procedentes de la UE».

En este contexto normativo, en el caso de mezcla de miel, el consumidor desconoce el país de procedencia de las mieles porque, hasta el momento, la normativa no obliga a proporcionar información detallada acerca de los países de procedencia de la miel y, en concreto, sobre los porcentajes utilizados de cada país. Además, en la etiqueta no se especifica tampoco si la miel ha sido pasteurizada o microfiltrada.

A todo esto, se tiene también que añadir que, aunque exista el marco regulatorio para la comercialización de miel con calidad diferenciada mediante la etiqueta “C’alial”, no hay ningún apicultor que utilice esta etiqueta, entre otras razones, porque la mayor parte de la miel se vende a intermediarios y no a consumidores finales.

Frente a esta situación, los apicultores de Teruel tendrían que diseñar estrategias de comercialización eficaces para posicionar de manera competitiva sus mieles en el mercado. Por lo tanto, con el fin de poner en valor la miel de Aragón y, en particular, la de Teruel, se ha procedido con la segunda etapa del proyecto, analizando el comportamiento del consumidor hacia mieles con distintas etiquetas de origen, floral y geográficos. Los resultados de este estudio serán el contenido del siguiente artículo.